A Cornellà le cortan las alas

Ya en la resaca de la dolorosa derrota ante Osasuna, gestaba el Espanyol el pasado lunes su enésima promoción para la vuelta a casa. Lugar seguro. Para recibir, este domingo al mediodía, al Alavés en Cornellà-El Prat. “Aún no la publicaremos, porque lo de Pamplona está demasiado reciente, pero seguro que nuestra afición vuelve a responder”, explicaba una voz autorizada del club a inicios de semana sobre un partido que iba a suponer el último tren hacia la permanencia y que ha acabado siendo maldito.

Y lo es por el coronavirus. Porque se suspendió, igual que el resto de la jornada, porque este domingo ha acabado convirtiéndose en el primero de 15 días de confinamiento, y porque tampoco se hubiera podido disputar incluso en caso de que LaLiga hubiera mantenido los partidos a puerta cerrada, al detectarse posteriormente dos positivos del Covid-19 en el Alavés. Allí donde debían presentarse gradas bulliciosas, acaso un mosaico o un bufandeo, finalmente se ha encontrado el silencio. Y en el lugar de la Fan Zone, de las cañas (o cafés) de la previa, se halla un desangelado centro comercial cerrado a cal y canto. Sin gente, sin espíritu. La tristeza más absoluta. A Cornellà le han cortado las alas.

Desde el punto de vista de los resultados, la racha del Espanyol en casa era impecable teniendo en cuenta los terribles números de esta temporada. No perdía en su estadio desde el 12 de diciembre, en la Europa League ante el CSKA de Moscú (0-1), la noche en que perdió su récord de 26 partidos continentales invicto. Empató contra el Betis (1-1), ante el Barcelona (2-2) y frente al Athletic Club (1-1), antes de cosechar su primer triunfo como local en esta Liga, con el Mallorca como víctima (1-0) y de cerrar su participación europea con un 3-2 contra el Wolverhampton Wanderers. Su último partido en Cornellà hasta la fecha dejó un sabor dulce, el 1-1 con el Atlético de Madrid como rival. En total, dos victorias y cuatro empates desde su última derrota.

La racha es igual o mejor desde la óptica social, puesto que en los cuatro encuentros ligueros de este 2020 ha congregado el Espanyol en su estadio a un promedio de 30.887 espectadores, lo nunca visto desde que la temporada de la inauguración de las instalaciones, hace una década. 33.562 aficionados se juntaron en el derbi, por 27.542 ante el Athletic, la friolera de 32.084 en la victoria contra el Mallorca y, finalmente, 30.360 cara a cara con el Atlético. La grada ha arrimado el hombro más que nadie en esa lucha por la permanencia que ahora queda en suspense sobre el desolado RCDE Stadium.