El en el desierto de San Siro, con el miedo al coronavirus que está parando Italia y que podría llevar a una huelga de los futbolistas de la Serie A, hoy hubo fútbol. Milán y Genoa, a pesar de todo, dieron vida a un enfrentamiento intenso durante varios tramos y que, al final, ganaron los visitantes, que siguen en plena lucha por la salvación y han sumado tres triunfos en las últimas cuatro jornadas. Un resultado que, quizás, fue demasiado castigo para los rossoneri, que tuvieron el mando del juego durante casi todos los 90 minutos, sumando 13 remates, pero sin puntería.
El partido se puso cuesta arriba enseguida para los rossoneri, cuando en el 7', tras un fallo de Theo, Sanabria cedió el balón a Pandev, que abrió la lata al primer toque. Los de Nicola sufrieron el arreón de los locales, pero se fueron al descanso con un 0-2 gracias a una jugada parecida: centro de Biraschi, taconazo de Schone y disparo de Cassata. Un resultado injusto que Pioli intentó arreglar poniendo a Bonaventura y Leao: el 1-2 nació de un disparo del italiano, que Ibrahimovic controló en el corazón del área y convirtió con una volea en su tercera diana desde el regreso a Italia. Quedaban 15 minutos para intentar la remontada, pero el Milán apenas volvió a crear peligro y, al final, cayó en su casa por primera vez desde noviembre. La semana, muy agitada por el adiós de Boban, acabó de la peor manera para los milanisti.
