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CLUJ - SEVILLA

Europa, cura o condena

El Sevilla busca en su competición fetiche el fin a su mala racha (18:55, Mov. LC) El Cluj ha ganado en casa a Lazio, Rennes y Celtic.

Diego Carlos posa con la bufanda conmemorativa del partido antes de partir hacia Rumanía.
Antonio Pizarro
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Parece que ha pasado un siglo desde que el Sevilla suspirara de alivio tras el sorteo de la Europa League que lo emparejaba con el Cluj rumano. Los de Nervión evitaban a rivales mucho más fuertes y disfrutaban de días de vino y rosas en LaLiga, en la que miraban por encima del hombro a todos sus competidores por los puestos de Champions League. Pero sólo dos meses después, una eternidad en el fútbol, el Sevilla visita Rumanía en un estado de profunda depresión y con las dudas alrededor del proyecto de Monchi y Lopetegui multiplicándose y agigantándose (sigue el partido en directo en As.com).

En Nervión se cierran filas en torno a su entrenador, pero ni siquiera las anchas espaldas de Monchi podrían cubrir a Lopetegui de un fracaso en la Europa League que nadie quiere ni mencionar. Es por ello que todos los jugadores disponibles se desplazaron hasta Rumanía, anunciándose esta noche un once bastante más titular que el utilizado durante la fase de grupos de la competición. La principal novedad podría llegar en el centro del campo, donde Lopetegui medita alinear juntos a Fernando y Gudelj para así aumentar la fiabilidad defensiva del equipo, en duda tras los últimos partidos.

No tiene demasiados jugadores conocidos el Cluj, pero sí que se conoce su fortaleza como local, puesto que sólo ha perdido un partido en lo que va de temporada en su estadio y fue en agosto. Pero la mayor advertencia es la fase de grupos del equipo de Petrescu, en la que en el Constantin Radulescu hincaron la rodilla el segundo de Italia (Lazio), el tercero de Francia (Rennes) y el líder de Escocia (Celtic).

El favoritismo, pese a los momentos de zozobra que atraviesa, es sevillista, pero la eliminatoria exigirá que los de Lopetegui sepan curarse la depresión que sufren. De lo contrario, Europa puede sentenciar.