Neto y los defensas dieron el 46% de los pases en Ibiza
El brasileño (29), Lenglet (114), Sergi Roberto (105) y Júnior (82) dieron 330 de los 718 pases de un equipo. Los otros diez jugadores se repartieron el otro 54%. Señal de poca profundidad.
Como en el debut de Setién como entrenador ante el Granada, el nuevo Barça horizontal volvió a dejar dudas. El cántabro se agarró a que eso le permitió desgastar al Ibiza (que llevaba una tremenda carga de partidos), pero era conveniente profundizar en los números para saber cuánto desgaste y cuánto daño podía haber provocado un equipo que sólo había tirado tres veces a puerta: una con un disparo infantil de Rakitic y los dos goles de Griezmann. Hasta el minuto 72, cuando el gol del francés, el Barça ni había inquietado al Ibiza.
Además de ser un equipo que avanzó poco con el balón (de los 718 pases que dio, sólo 187, el 26%, fueron hacia delante), un dato resultó especialmente llamativo. Entre Neto, Lenglet, Sergi Roberto Júnior, los cuatro azulgranas que jugaron más retrasados en el partido, dieron 330 de los 718 pases del Barça. Eso representa un 45,9% de todos los pases del Barça. Los otros diez futbolistas que actuaron en el partido se repartieon el 54% restante. El dato resulta demoledor. Más de la mitad del partido se pasó en las botas de los defensas. Mientras Lenglet dio 114 pases, Griezmann sumó 24 y Carles Pérez, 16. Así de poco llegó el balón a las inmediaciones del área del Ibiza durante el partido.
No es un detalle menor que el Barça se pase 70 minutos sin hacerle una sola oportunidad de gol a un equipo de Segunda División B, el Ibiza, que vivió cómodo todo ese tiempo y que demostró que también se puede jugar bien pasando hacia delante (de los 198 pases que dio en todo el partido, 99 fueron hacia delante, el 50 por ciento). La peor conclusión que Quique Setién puede sacar del partido de este miércoles en Ibiza fue, además, que ni pasándose la mitad del partido la pelota los defensas evitó que le hicieran peligro a Neto. El Ibiza estuvo cerca del 2-0 en tres ocasiones. Un remate al palo, el rebote de la misma jugada el gol anulado fueron jugadas fronterizas que hubiesen puesto al Barça al borde del precipicio. Obsesionado con minimizar las pérdidas de balón, Setién ha radicalizado su plan para evitar las pérdidas de balón y ha convertido al Barça en dos partidos en un equipo inocuo al que sólo la clase de Griezmann salvó de un naufragio histórico.