ESPANYOL

David López encarna el espíritu de la salvación

Lidera en los mensajes, como De la Peña en 2009, y ahora en el mediocampo. Acabó exhausto, pero marcó y se echó el equipo a la espalda.

David Ramos

Toda peregrinación, en el caso del Espanyol hacia la permanencia, necesita de un pastor que la guíe. En el equipo perico, el escogido es David López, quien lidera en el terreno de juego y ante los micrófonos, con mensajes directos y sinceros como los que vertió después del 2-0 de Leganés (“el que no crea que nos vamos a salvar que no vuelva”) o el sábado al finalizar el derbi (“nos llamarán locos, pero nos vamos a salvar”).

Antes de dar ese mensaje optimista como el que ofreció Iván de la Peña en la campaña 2008-09 cuando el Espanyol era también colista (y al final se salvó después también de ganar un derbi), el jugador fue uno de los protagonistas del partido ante el Barcelona. Primero, por su posición en el campo. David López se había habituado tanto a la posición de central, con la que debutó por tercera vez en el Espanyol con Quique Sánchez Flores en la campaña 2016-17 y ya nunca abandonó, que verlo recorrer más espacio en mediocampo le pasó factura, al ser sustituido agotado en el minuto 66. Le bastó esa hora para marcar el 1-0 de un cabezazo al saque de una falta sacada por Marc Roca y de ayudar al equipo llevando el timón de mediocampo: acertó 15 pases y falló nueve.

El mediocentro demostró que se adapta perfectamente a las actuales necesidades del equipo, incluso ayudó en la circulación de balón, el juego aéreo y las disputas en mediocampo. La mejor versión de Marc Roca de la temporada se vio curiosamente el sábado, con la escolta de David a su costado.

La idea de que David López actuase en mediocampo ya la barruntó David Gallego cuando asumió el banquillo, aunque la recuperación del catalán, que en febrero se rompió el ligamento cruzado de la rodilla y se recuperó en tiempo récord, fue imposible utilizarlo en esa posición ya que el entrenador fue despedido a primeros de octubre.

David López solo había jugado una campaña completa como mediocentro en el Espanyol, y esa fue la 2013-14 con Javi Aguirre. Luego fue traspasado al Nápoles, donde jugó dos cursos en los que alternó ambos puestos. Quique decidió ponerlo de central por su colocación y salida de balón, y Gallego, Rubi y Machín decidieron no alterar esa decisión. Ahora, Abelardo Fernández ve en él un jugador “polivalente”, además de un líder.

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