ESPANYOL

La "extraordinaria" normalidad de Abelardo

El 'Pitu' destaca por ser un entrenador flexible, que lidera desde lo emocional y con una idea básica pero efectiva de juego.

Juan Manuel Serrano Arce

"Antes quiero decir una cosa. Me fastidia que me tachen de defensivo, como por ejemplo a Bordalás. No me considero un entrenador defensivo. Todo se reduce hoy a la posesión. Me gusta el control de balón del Barcelona cuando juega en campo rival, ¡pero es el Barcelona! A algunos les puede gustar dar 80 toques en su campo y no tirar a puerta. Lo respeto, pero no me gusta. A mí dame un equipo que sea vertical, con equilibrio, y que cuando llegue a banda pueda meter un centro". La respuesta la dio Abelardo Fernández (Gijón, 1970) a un periodista de El Comercio en una entrevista de junio.

El entrenador asturiano llega a un Espanyol que esta temporada ha rendido muy por debajo de sus posibilidades con un novato en la categoría pero metódico como David Gallego y un técnico con sello, como Pablo Machín. En los dos casos no ha funcionado. La plantilla se ha mostrado incómoda y con desconfianza. Las referencias de Abelardo van en la dirección opuesta. "Empatiza mucho con el jugador. Escarba en lo emocional. Intenta averiguar cómo se siente para sacarle lo mejor. Entiende y le llega al jugador", destacan desde Vitoria, donde lo conocen al dedillo por su año y medio excepcional: sacó al equipo de la última posición y en su segundo año completó la mejor primera vuelta de su historia.

"Cuando las cosas no salen, todos los jugadores parecen peores. Caen en la desmotivación. Lo emocional es la clave, aunque tienen que llegar los resultados", explican desde Mendizorroza. En Vitoria ocurrió eso: de los seis primeros encuentros, el equipo vasco ganó cuatro. Una inyección de adrenalina. "Hay que tener una relación de respeto, pero también dentro de un vestuario debe de haber futbolistas que ayuden al entrenador a mantener esa línea. Los entrenadores dependemos de las plantillas. Si el jugador no se identifica, no vas a ganar. Me pasó en el tercer año en el Sporting. Veía que ya no confiaban en mí. Culpa mía, ¡eh! No les achaco nada. Pero si el grupo no está identificado con el entrenador...", reflexionó el propio Abelardo en la misma entrevista.

Con Abelardo, el Espanyol volverá a una idea más básica de juego, pero no por ello menos efectiva. El técnico asturiano domina cuatro o cinco situaciones que pretende que sus futbolistas interioricen. "El ritmo debe ser alto, debe haber mucha intensidad… Y luego hay creatividad", recuerdan, dejando claro que el asturiano no es un entrenador defensivo sino que quiere que el equipo esté "siempre junto" y juegue de la manera que le es más cómodo a los futbolistas. "Aquí el primer año jugábamos con dos puntas como Guidetti y Munir, y dos jugadores por banda muy verticales".

Sus sistemas de juego e intenciones

En sus últimas etapas, los equipos de Abelardo alternaban el 4-4-2 y el 4-2-3-1. Hay tres aspectos innegociables en su filosofía: un centro del campo fuerte, dos extremos desequilibrantes y con buen uno contra uno y dos delanteros (o un mediapunta creativo). El Espanyol cuenta con jugadores como Ander Iturraspe o Víctor Sánchez del primer perfil, mientras que en los costados Matías Vargas y el propio Adrià Pedrosa podrían también adaptarse. Jonathan Calleri ya fue el 'nueve' de Abelardo el segundo año, mientras que Wu Lei podría encajar en ese ataque. Pese a ello, es de mediocampo hacía adelante donde el Espanyol debería reforzarse más.

Abelardo intenta liderar desde su pasado como jugador, que le da enjundia, y desde el dominio de un estilo de juego fácil de entender para el futbolista. Luego, intenta aplicarle la naturalidad. O como dicen en Vitoria, "lo más extraordinario es que es un tío normal"..

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