REAL MADRID - ESPANYOL | LARDÍN

"Prefiero gastar 30 millones en verano que 20 entonces y 15 ahora"

Lardín fue el goleador perico en la última victoria del Espanyol en el Bernabéu, y director deportivo. Con AS charló de Campuzano, Mariano, Pau, Hermoso, Gallego... Y de la vida.

RODOLFO MOLINADIARIO AS

Existe ya al menos una generación que no ha visto al Espanyol derrota al Real Madrid en el Bernabéu.

Sí, ya son demasiados años. Ganar en el Bernabéu es muy difícil, se deben dar muchas circunstancias, porque algunos años estuvimos muy cerca pero no se logró.

¿Cómo lo consiguieron ustedes?

En mi opinión, éramos un grandísimo equipo con un enorme entrenador, jugadores jóvenes con madurez y veteranos con espíritu joven, y cada cual tenía muy claro su rol, conscientes de nuestras virtudes y defectos. Fue aquel partido, pero sobre todo el año: le ganamos tres partidos de cuatro al Real Madrid y yo le metí siete goles. De récord. Acabé la temporada con 17 tantos en LaLiga y cuatro en la Copa, muchísimo para un interior diestro.

Dice que eran jóvenes, usted tenía 21 años, pero con las ideas muy claras. ¿Contrasta con el actual Espanyol y los “pipiolos” a los que se refería el domingo Machín?

En aquel momento, el más joven era yo, pero ya había pasado un descenso y un ascenso, y ya era capitán. Llegaron Raducioiu, Urzaiz o Brnovic sumando muchísimo, y aquí se juntaban con Francisco, Pochettino, Herrera… Un equipo que tenía futbolistas que sabían a qué jugaban y cómo se ganaba en cada campo. Ahora, entre los jóvenes, el que más bagaje tiene es Marc Roca. El resto deben sumar en el proyecto, pero los que tienen que tirar del carro son los veteranos.

Dicho de otro modo, ¿falta liderazgo?

Tenemos jugadores líderes, que tiran de los otros, pero que no se han visto en una situación como ésta, que es muy complicada y tiemblan las piernas. Cuando el partido se pone en contra debes jugar al otro fútbol, y eso está costando muchísimo.

En cuanto al Madrid, ¿es mejor la plantilla de ahora que aquella?

Entonces el Madrid tenía un gran equipo, pero no tanto como ahora, y eso que ya no está Cristiano. Aquel Madrid tenía problemas, había pasado de Valdano a Arsenio Iglesias. Ahora es un rival muy difícil de ganar, y encima nos coge en este momento. Pero siendo un partido en que lo das todo por perdido, tenemos jugadores para hacer daño.

¿Es cuestión de creérselo, pues?

En este momento, lo que más importa es la personalidad. Los jóvenes la tienen, pero les faltan minutos, y los mayores deben sacarla.

Entre esos futbolistas jóvenes está Campuzano. Con usted como director deportivo, se marchó al Real Madrid Castilla. ¿Un grave error?

Sí, fue un error mío porque no medí los tiempos de la renovación. Pensé que la teníamos cerca pero cuando volví a hablar con su agente ya era tarde. Me despisté y me equivoqué.

Hablando de renovaciones frustradas, Pau López hace poco reconoció algún fallo en su salida…

Yo siempre hablo bien de Pau, porque hice su informe para subir al primer equipo y siempre he pensado que sería uno de los porteros más importantes de España. Creo que se equivocó de enemigo porque yo utilicé todos los medios posibles para renovarlo, mirando por el bien del Espanyol y porque sabíamos que era un meta de futuro, pero no pudo ser. Hablamos de grada, de banquillo, sí, pero era mi obligación.

Otro que se escapó durante su etapa, concretamente en 2017: Mariano Díaz.

Mariano quería venir, estuvo paseando conmigo por el estadio, le enseñé la zona noble… Intenté ganar tiempo para ver si el límite salarial bajaba y lo podíamos fichar. Pero no pudo esperar, llegó el Olympique de Lyon y se lo llevó. Él quería jugar en el Espanyol y nosotros creíamos que él o Raúl de Tomás eran el goleador idóneo que necesitábamos.

En el lado positivo, está Hermoso: usted lo fichó a coste cero y acabó siendo la venta más elevada del Espanyol, 25 millones, aunque compartidos con el Real Madrid.

Lo conocía del fútbol base del Madrid y creía en él, porque veía que podía jugar de central, lateral, pivote, era zurdo, iba muy bien de cabeza, era rápido y con un cambio de juego increíble. La apuesta era cero y quería traerlo sí o sí porque lo consideraba un activo para el Espanyol.

¿Cree que a usted no se le ha dado el valor suficiente por ello?

¡Esto es el fútbol! No tiene memoria. Pasas en un día de hacer una tarea increíble en la base a ser director deportivo y, cuando estás fuera, a ser una mierda. Yo intenté hacer mi trabajo lo mejor posible. Estoy contento por Hermoso, pero también por los del B que subieron: Aarón, Marc Roca, Navarro, Pipa, Víctor Gómez, Puado…

¿El gol, tras la venta de Borja Iglesias, ha sido la gran carencia de la planificación de esta temporada?

No lo creo, porque ellos prevían que Calleri marcaría goles, pero hace falta aclimatación y tiempo. Ferreyra también es un buen goleador. Pero no han estado finos, se han lesionado. Seguro que tenían la previsión de que Calleri y Ferreyra harían los goles de Borja Iglesias. Se trata de tener paciencia, lo que pasa es que el fútbol no espera a nadie y te pasa por encima.

¿Es normal que el año del retorno a Europa se venda por 40 y se inviertan solo 18 millones?

Chen es un hombre de negocios y desde el primer día avisó de su fórmula del 50-40-10 (para redistribuir el dinero de ventas en compras, liquidar deudas y mejorar el club, en ese orden. La visión china es cuadriculada, él lo ve así y está bien. Lo que sí prefiero es gastarme 30 millones en verano que 20 en verano y 15 en invierno, porque los de ahora son millones desesperados y no siempre se tienen las mismas posibilidades.

Comentaba que el fútbol no espera a nadie. ¿Es lo que le sucedió a su amigo David Gallego?

Sigo creyendo que David será un gran entrenador allá donde vaya. Le falta experiencia para afrontar una situación difícil como la que vivió en el Espanyol, que le pasó por encima: jugar tres competiciones, preparar las previas de la Europa League, comenzar en julio… Ahora se está viendo que el problema va más allá que un entrenador. Todo el mundo focalizó en David y pasó lo que pasó, pero el fútbol da un partido de vuelta.

¿Esa inexperiencia también facilita una destitución?

Es mucho más fácil. Los entrenadores o directores deportivos de la casa siempre cobran menos que uno que viene de fuera, es una ley del fútbol aunque no la entiendo. Y luego están las redes sociales, que hacen daño tanto para bien como para mal: lo malo lo magnifican, y por eso con lo bueno también pueden ser contraproducentes. En ese sentido, David pasó de ser Dios, a críticas, a faltas de respeto. Fue algo muy feo.

Y usted, ¿quiere seguir vinculado al mundo del fútbol?

Sí, sigo viendo mucho fútbol y estudio ofertas. Estoy muy tranquilo.

¿Le veremos algún día de regreso al Espanyol?

En fútbol pueden pasar muchas cosas y mi predisposición siempre será total, intentaré ayudar al Espanyol donde esté. Pero ahora mismo, lógicamente, es complicado. Tenemos profesionales capacitados, un director deportivo respetado y un director general deportivo que toma decisiones. En el Espanyol de hoy en día Jordi Lardín no tiene sitio.

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