Pablo Marí: de Almussafes a Lima pasando por Maracaná
El central valenciano del Flamengo jugará hoy la final de la Copa Libertadores pero no lo tuvo fácil a lo largo de su carrera. En su pueblo, nadie se lo perderá.
Hoy no es un día más en Almussafes (Valencia). Uno de sus vecinos, Pablo Marí Villar, puede proclamarse campeón de la Copa Libertadores (21:00, DAZN) en el Monumental de Lima, el primer español en hacerlo. Desde que el Flamengo se metió en la final, sus padres, Pablo y Paqui, apenas pueden dar un paso por el pueblo sin que le pregunten por su hijo. “La gente le conoce desde pequeño y está muy pendiente. Incluso cuando los partidos son a las 2 de la madrugada, hay conocidos que se quedan para verlo”, asegura Pablo Marí padre. Ellos lo verán en la intimidad, pegados al ordenador. “Lo haré igual que siempre, hasta ahora ha ido bien. Su padre se pone muy nervioso y se acuesta. Así que lo veré sola en casa”, añade Paqui. "Cuando jugaba en España, a la hora de los partidos me iba a pasear por el pueblo. Ahora, como es de madrugada, me voy a la cama aunque siempre estoy pendiente del marcador", matiza Pablo.
Esta noche sufrirán y si hay triunfo disfrutarán. Pero la carrera de Pablo Marí no ha sido un camino de rosas. Empezó en un campo de tierra, con 6 años, en el Almussafes pero un año después le fichó el Valencia. Sus padres y sus tíos Enrique y Francisco se turnaban para llevarlo a los entrenamientos a Paterna (y posteriormente a Buñol). Allí coincidió con Bernat (hoy en el PSG) formando una banda izquierda temible. También estaba en ese equipo Robert Ibáñez, hoy en Osasuna.
Sin embargo, las cosas no salieron y, con 16 años, tuvo que buscar su futuro en el otro equipo de la ciudad, el Levante, donde tampoco tuvo opciones de debutar con el primer equipo. Otros de su quinta, como Rubén García e Iván López, sí lo hicieron. No fue profeta en su tierra y emigró a Mallorca. Allí, sí, Caparrós le hizo debutar con el primer equipo. "Nadie le ha regalado nada en el fútbol. Es un currante, nunca ha tirado la toalla y se ha ganado estar ahí", relata Paqui mientras recuerda cada detalle de su vida deportiva.
Pero aún tuvo que bajar al barro, al Nàstic, para dar un nuevo salto. Le fichó el Manchester City pero nunca debutó con los 'blues'. Tres cesiones (Girona, NAC Breda y Deportivo) hasta que este verano le llegó la oportunidad del Flamengo y jugar en Maracaná. Una oportunidad que no habría llegado de haber marcado en el último segundo del partido definitivo del playoff, con el Dépor, precisamente ante un Mallorca plagado de amigos. Un cabezazo suyo lamió el palo. Ese gol habría supuesto su renovación con el Dépor. “El destino lo quiso así”, asegura Marí padre.
