El Espanyol de Machín: brotes verdes sin gol y contra el reloj
Experimentó el conjunto perico con su nuevo técnico una sensible mejoría y remató más que nunca, pero volvió a caer. El margen de tiempo se estrecha.
Un equipo situado en campo contrario, con los centrales lanzando balones largos a las bandas, los carrileros percutiendo, los centrocampistas presionando y generando, y los delanteros preparados para el remate. Ese es el Espanyol que persigue Pablo Machín y que el aficionado pudo ver ya de entrada, en los 15 primeros minutos de su debut, el domingo, como quien filma una genialidad en su ópera prima. Pero el Villarreal puso el foco sobre una de las carencias de este 3-5-2, lo descubiertos que quedan los carriles en el repliegue, y el equipo perico se fue desinflando. Brotes verdes, sensible mejoría, pero con el ‘tic-tac’ del reloj resonando sobre la cabeza del nuevo entrenador.
Es evidente que el Espanyol de Machín ya no es aquel desquiciado de los últimos tiempos. Que sabe a qué juega. Como evidente es que, como advirtió el propio técnico, los resultados tras el cambio de planteamiento “no se consiguen de la noche a la mañana”, lo que supone una lucha contra el reloj, en un equipo que suma solo cinco puntos de 27 posibles y se sitúa ya, alerta, a cuatro de la permanencia. El dilema entre la estética y el resultadismo quizá no es tal si se confirman las buenas sensaciones apuntadas, por ejemplo, con esa suerte de cuadrado en la medular (formado de entrada el domingo por Marc Roca, Víctor Sánchez, Sergi Darder y Matías Vargas) que equilibra al equipo y que, si es capaz de jugar más por dentro, generará control, llegada y ocasiones de gol.
No en vano, contra el Villarreal materializó el Espanyol más disparos que en sus anteriores ocho partidos de Liga, 18, de los que cuatro fueron a puerta (en eso empataron con el 1-1 ante el Celta, en Balaídos). Más también que los que dispusieron los ‘groguets’. Sin embargo, no hubo efectividad, pólvora, gol, y el conjunto perico sigue sin anotar un solo gol en Cornellà-El Prat, más allá del que se anotó en propia meta Joseba Zaldua, de la Real Sociedad. En la persistencia radica el éxito, según Machín: “Nos tenemos que quedar con el número de acercamientos. De la cantidad vienen las ocasiones y la calidad es la que decide”.
Y de la cantidad y la calidad viene el posicionamiento medio del equipo, que con el nuevo entrenador se aboca al campo contrario, salvo el portero y los tres centrales. Un equipo con importantes novedades, como Bernardo Espinosa y Víctor Gómez, y que sufrirá una severa reestructuración el jueves ante el Ludogorets, en la Europa League: LaLiga es el objetivo número uno.