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GALATASARAY 0 - REAL MADRID 1

Zidane sabe sobrevivir

El francés estaba en el alambre tras un inicio irregular y perder el liderato en Mallorca, pero ante el Galatasaray pasó el trago. Y no es la primera vez...

Zidane sabe sobrevivir
JAVIER GANDULDIARIO AS

Zidane llegó a Estambul caminando sobre el alambre y con el nombre de Mourinho sobrevolando su cabeza. Después de naufragar en Mallorca y perder el liderato de LaLiga, de un comienzo decepcionante en la Champions (sólo sumaba un punto tras caer estrepitosamente 3-0 ante el PSG y empatar a dos frente al Brujas en el Bernabéu) y de varias decisiones técnicas discutibles, el francés comenzaba a ser cuestionado. El partido de este martes se convirtió en una final para un técnico que ganó las tres últimas Champions y aceptó el desafío de volver a un Madrid que dejó nueve meses antes porque "conmigo sería complicado seguir ganando". "El pasado es el pasado. No te voy a decir que no me molesta lo que dicen, porque me molesta", confesó Zidane en la conferencia de prensa previa al encuentro contra el Galatasaray. "Lo que tengo que hacer como entrenador es dar el máximo y pensar en positivo", zanjó. Motivos tiene para pensar que puede revertir la situación. El pasado es pasado, pero a veces muestra el camino. Y Zidane, desde que llegó por primera vez al banquillo del Madrid, ha sabido dar un volantazo y reconducir situaciones límite. En Turquía volvió a coger aire.

Temporada 2015-16

Nada más llegar, en enero de 2016, supo revitalizar a una plantilla desnortada (tercero a cuatro puntos del Barça, líder) y con el ceño fruncido. Pero no fue sencillo. El Madrid acumulaba goles y moral, pero no posiciones en la tabla. La jornada 26 supuso su primer gran obstáculo. El Atlético asaltó el Bernabéu con un gol de Griezmann (0-1) y una enorme superioridad táctica. Florentino escuchó gritos de "¡dimisión!" y el equipo se alejó a 12 puntos del Barça. "En un partido así, había que hacer más: correr más, meter más la pierna…". Un toque de atención al vestuario que logró regatear a la crisis. El Madrid ganó todos los partidos que restaban en LaLiga, rozando el título al recortarle 11 puntos al Barça en sólo cuatro jornadas. En mitad de esa escalada, Zidane también vio el abismo en la Champions. Días después de ganar al Barça en el Camp Nou (1-2), cayeron de forma clara en Wolfsburgo (2-0), en la ida de los cuartos de final. El técnico supo mantener la moral de sus jugadores y fue Cristiano el que le libró de la tormenta: rescató al equipo con un ‘hat-trick’ (3-0) que puso al Madrid a semifinales de una Champions que acabó alzando...

Temporada 2016-17

En la temporada siguiente, Zidane conquistó un doblete histórico (Liga y Champions), pero el francés también vivió curvas. Después de ganar la Supercopa de Europa ante el Sevilla y de sumar cuatro victorias en las primeras cuatro jornadas de Liga, el Madrid patinó y sumó cuatro empates en los siguientes cuatro encuentros (contra Villarreal, Las Palmas y Eibar en Liga, y ante el Borussia Dortmund en Champions). Esos tres empates seguidos en el campeonato hicieron al Madrid perder el liderato y la palabra crisis comenzó a pronunciarse en las conferencias de prensa del técnico. "No voy a perder los papeles", llegó a decir. Con esa dosis de calma y su optimismo confeso remontó el vuelo hasta llevar a las vitrinas del Bernabéu la Liga 33, el Mundial de Clubes y la Duodécima Copa de Europa.

Temporada 2017-18

La 2017-18 fue, hasta ahora, su temporada más convulsa. La plantilla ya comenzó a dar síntomas de desgaste, se despidió de LaLiga en diciembre (acabó a 17 puntos del Barça) y cayó eliminado en cuartos de Copa contra el Leganés. Esta última derrota fue lo que comenzó a convencer a Zidane de que lo mejor sería dejar el banquillo. Vio entonces que había cierta relajación y que su filosofía ya no calaba tanto. Pero en vez de generar tensión con castigos y torcer el gesto, el francés puso buena cara, se abrazó a su vieja guardia, centró el foco en la Champions y acabó ganando la Decimotercera. Una vez conseguida, comunicó una decisión que ya tenía madurada: irse del Madrid. Pero nueve meses después, Zidane escuchó a un Florentino a la desesperada (despidió a Lopetegui y Solari) y aceptó el reto de volver haciendo un ejercicio de madridismo.

Acabó como pudo la pasada temporada (fue tercero a 19 puntos del Barça) y arrancó esta sin los cambios que prometió en su regreso, con jugadores que había descartado, adelgazando el centro del campo (selló la salida de Ceballos y Llorente y no reforzó la zona al querer sólo a Pogba) y sufriendo una derrota contra el Atlético en pretemporada que pasará a la historia (7-3). Desde entonces, el Madrid se ha mostrado bipolar, alternando buenas versiones como la que mostró ante el Celta, el Sevilla o el primer tiempo ante el Levante con disgustos como los sufridos ante PSG, Valladolid, Villarreal, Brujas o Mallorca. Ahora, tras el bofetón de Son Moix, el Madrid anda alicaído y Zidane, señalado y con su futuro cuestionado. Una situación límite de la que el francés ha demostrado saber sacar la cabeza.

Temporada 2019-20

Esta temporada, el francés ya se sobrepuso a una primera minicrisis. Después de dos empates y dos victorias para iniciar de forma irregular la Liga, el 3-0 en el estreno en Champions en París le dejó en entredicho. Ahí empezó a sobrevolar el nombre de Mourinho el banquillo del Madrid. Sin embargo, Zidane dispuso en el Pizjuán, luchando por el liderato, un equipo muy ordenado, capaz de conseguir los tres puntos y la primera puerta a cero del curso. A continuación ganó 2-0 a Osasuna y sacó un 0-0 del Wanda Metropolitano...

Las dudas parecían alejarse, pero el 2-2 contra el Brujas trajo de vuelta unas reticencias que llegaron a la previa del encuentro ante el Galatasaray. En medio de turbulencias y discusiones sobre el futuro de Zidane, el nombre de Mourinho volvió a hacerse un hueco. Ramos defendió a su entrenador y mandó un mensaje a navegantes:  "Hay distintas varas de medir. Sería fácil decir que Zidane siga hasta final de la temporada y no habría debates. Se merece un respeto". El equipo, horas después, supo manejar la presión y las apreturas por su situación en Champions (un punto en dos jornadas) y ganó la final de Estambul. Zidane salvó un nuevo match point.