El Real Madrid conquista la 13ª
El Real Madrid conquista la 13ª

REAL MADRID CAMPEÓN DE CHAMPIONS 2017/18

El Real Madrid conquista la 13ª

La leyenda continúa…

Otra vez. Sí. El Madrid. Campeón de Europa. Por tercera vez consecutiva. La cuarta ‘Orejona’ en cinco años. La 13. La Decimotercera. La Tredécima. La 12+1. Llámenle como quieran. Añadan los adjetivos calificativos que quieran. Histórico, majestuoso, épico, irrepetible, memorable, admirable… Todo eso se lo merece este equipo de leyenda, que ha reverdecido, como se decía antiguamente, viejos laureles. Y vaya laureles.

Palmarés de la Champions League.

Recuerden que la otra gran tacada histórica de la Copa de Europa pertenece también al Madrid, cómo no. De 1956 a 1960 se apoderó de las cinco primeras ediciones. Y dos árbitros ingleses (Míster Ellis y Mister Leafe), con dos actuaciones infames en la eliminatoria Madrid-Barça, impidieron que cayese la sexta seguida.

El caso es que el Madrid supo sobrevivir tras su particular travesía del desierto, expandida desde la Copa de Europa conseguida por los Ye-Yés en 1966 ante el Partizán, y la Séptima con la firma de Mijatovic ante la Juventus, en 1998.

Tras esas tres largas décadas de sequía se alejaron todos los complejos y desde 1998 las Champions han ido cayendo como rosquillas. La Octava en París (ante el Valencia), la Novena en Glasgow (ante el Bayer Leverkusen con la famosa Volea de Zizou y las paradas mágicas de Casillas), la Décima (gol de Ramos en el 93…), la Undécima con los penaltis agónicos en la tanda de Milán, la Duodécima con la actuación colosal de Cristiano y compañía ante la Juve en Cardiff y, finalmente, el triunfo alcanzado ante el Liverpool en Kiev.

Me he agotado al activar mi memoria para no dejarme ninguna. Es lo que tiene la leyenda del Madrid en Europa. Tiene más en color (7) que en blanco y negro (6). Ha sido capaz en estos últimos veinte años de ganar dos Copas de Europa más que las conseguidas en total por el Barça en sus 119 años de historia (5). Son buenos tiempos para los madridistas. Disfrutamos de una etapa esplendorosa, a la que se ha añadido hace una semana la Décima Copa de Europa de baloncesto. Primer club en la historia del deporte que consigue acumular a la vez en futbol y en basket el reinado continental…

Lo de esta temporada ha tenido un mérito superlativo. Con el equipo caído desde enero en territorio nacional (la Liga ya estaba perdida y la eliminación en Copa ante el Leganés levantó ampollas por la alineación fijada por Zidane), el equipo reaccionó en torno a su entrenador para hacer piña y unirse como una roca a su carismática figura para conseguir lanzarse a por el reto de la Champions. La tercera seguida. Casi nada al aparato. Seamos honestos.

En enero nadie daba un euro por este equipo pensando en Europa. Todas las apuestas miraban hacia el PSG de Neymar, Mbappé y Cavani, hacia el City de Guardiola, hacia el Bayern de Heynckes, hacia el Barça de Messi que arrasaba en nuestra Liga… Sólo los nostálgicos que siempre hemos creído firmemente en el ADN europeo de este club prodigioso insistíamos en que el final del cuento podía cambiar. Y vaya si cambió.

Ante el PSG irrumpió el perfil del triple campeón de Europa. 3-1 en el Bernabéu y sólo pinceladas de Neymar. Y en París las bengalas de los ultras se apagaron con el fútbol de seda de Asensio, Lucas y Cristiano, que fue el ejecutor del ya extinto proyecto de Emery. En cuartos de final de nuevo la Juventus de Buffon. Siempre se recordará por el 0-3 de Turín y el gol prodigioso de chilena de Cristiano. La ovación cerrada del Juventus Stadium al justísimo Balón de Oro ha quedado como uno de los grandes momentos de la historia del fútbol.

Se sufrió en la vuelta, pero el claro penalti de Benatia a Lucas arregló todo. Repito, penalti claro. Y en semifinales otro hueso. Duro. Muy duro. El Bayern. ¿Dónde estaban las ‘bolas calientes’ que siempre le atribuyen al Madrid en los sorteos? Pues 1-2 en Múnich, con dos golazos de Marcelo y Asensio, y 2-2 en el Bernabéu, con un Keylor colosal. Y ya han visto hoy lo que pasó en Kiev.

Fase de grupos

Octavos

Cuartos

Semifinal

Final

Nadie ha regalado nada a este Madrid de Zidane que ha pasado a la historia como un equipo imbatible en Europa. Es el peso de su leyenda. Cae una Champions tras otra y nadie le ve fin ni fecha de caducidad a este círculo virtuoso. Costó mucho, lo sé. Pero ya se sabe que no hay gloria sin sufrimiento. Les dejo con una de mis canciones favoritas que hoy retumbaba en las gradas del Olímpico de Kiev: “¡Cómo no te voy a querer, cómo no te voy a querer, si fuiste campeón de Europa por Tredécima vez!”.

El 1x1 del campeón

  • Pasó un mal momento en cuartos, cuando falló en la vuelta ante la Juve y el Madrid estuvo a un paso de ser eliminado. Se repuso y contra el Bayern, en semifinales, fue decisivo. Tiene la confianza de Zidane y el técnico le da la razón: tres Champions ya como titular indiscutible.

    • Partidos 11
    • Titular 11
    • Minutos 990
    • G. en contra 13
    • Imbatido 2
  • Tuvo que jugar un partido muy importante en Wembley contra el Tottenham (Keylor estaba lesionado) y quedó señalado: derrota por 3-1. Estuvo gris, transparente en los goles. Aquello le costó el primer puesto del grupo al Madrid. También jugó en la goleada contra el APOEL (0-6).

    • Partidos 2
    • Titular 2
    • Minutos 180
    • G. en contra 3
    • Imbatido 1
  • Se lesionó en la ida contra el Bayern y estuvo ausente en la vuelta (jugó Lucas), pero ha vuelto a ser determinante en los partidos que disputó y rindió a gran nivel en la final. Repartió tres pases de gol en la Champions. Un pulmón en la derecha, fiable atrás e incisivo arriba.

    • Partidos 8
    • Titular 8
    • Minutos 642
    • Goles 0
    • Asistencias 3
  • Sólo ha jugado un partido y no guarda buen recuerdo: derrota 1-3 contra la Juventus. Con Nacho lesionado y Ramos sancionado, tuvo su debut en Champions en un encuentro de máxima exigencia y no tuvo buena actuación. Se vio superado por el gran partido que hicieron los italianos.

    • Partidos 1
    • Titular 1
    • Minutos 90
    • Goles 0
    • Asistencias 0
  • El gran capitán y líder en los momentos más complicados. El Madrid acusó mucho su ausencia en la vuelta contra la Juventus, donde se evidenció que el equipo es inseguro sin él. Esta vez no hubo gol en la final, aunque su actuación volvió a ser determinante para levantar su tercera Champions consecutiva.

    • Partidos 11
    • Titular 11
    • Minutos 990
    • Goles 1
    • Asistencias 0
  • Desde octavos, ha jugado todos los minutos. Cada año va a más y con Ramos se entiende de memoria. No se puede calificar su Champions de perfecta porque sufrió demasiado contra la Juventus, pero rozó el sobresaliente. Su rapidez y control del juego aéreo han sido claves.

    • Partidos 11
    • Titular 11
    • Minutos 938
    • Goles 0
    • Asistencias 1
  • El multiusos de Zidane. La lesión que sufrió le apartó de las eliminatorias contra la Juventus y el Bayern, pero rindió a muy buen nivel cuando tuvo que jugar de lateral derecho contra el PSG en la ida de octavos. La pareja Ramos-Varane le impidió tener más minutos, pero es una garantía.

    • Partidos 8
    • Titular 6
    • Minutos 595
    • Goles 1
    • Asistencias 0
  • Recuperó su mejor versión en el momento clave de la temporada. Marcó goles en la ida de octavos (PSG), cuartos (Juventus) y semifinales (Bayern). Además, repartió una asistencia en el encuentro de vuelta de semis. Tuvo algún error en defensa, pero lo compensó siendo determinante en ataque.

    • Partidos 11
    • Titular 11
    • Minutos 958
    • Goles 3
    • Asistencias 2
  • No ha tenido peso. Sólo fue titular en un encuentro, contra el Dortmund cuando el Madrid ya no se jugaba nada. El excelente rendimiento de Marcelo, que lo jugó todo desde octavos, le ha impedido ser protagonista en la consecución del título.

    • Partidos 3
    • Titular 1
    • Minutos 131
    • Goles 0
    • Asistencias 1
  • La Champions evidenció que aún le falta experiencia para jugar partidos de gran exigencia. Disputó los 90 minutos de los dos encuentros contra el Tottenham (un empate y una derrota). En Wembley estuvo muy gris. A pesar de que se lesionó Carvajal, no fue ni convocado contra el Bayern.

    • Partidos 2
    • Titular 2
    • Minutos 180
    • Goles 0
    • Asistencias 0
  • Fiabilidad alemana. Roba, distribuye, organiza, asiste… Completísimo. Además, tiene la enorme capacidad de sentirse cómodo en los momentos de máxima tensión. Siempre la pide, nunca se esconde. Fundamental su labor, hace mejores a sus compañeros.

    • Partidos 12
    • Titular 10
    • Minutos 952
    • Goles 0
    • Asistencias 3
  • El motor del campeón de Europa. Pasan las temporadas (ya tiene 32 años) pero sigue siendo tan importante como en su primera Champions (ha ganado cuatro). No sólo es clave en la creación de juego, sino que no duda en ser el primero en remangarse cuando toca defender, como ante el Bayern.

    • Partidos 11
    • Titular 11
    • Minutos 958
    • Goles 1
    • Asistencias 1
  • Zidane sorprendió al dejarle en el banquillo en el encuentro de vuelta contra el Bayern en el Bernabéu, pero en la final recuperó su sitio y ha sido fundamental. Sentenció la eliminatoria contra el PSG al marcar el segundo tanto de los blancos en el Parque de los Príncipes.

    • Partidos 12
    • Titular 11
    • Minutos 944
    • Goles 1
    • Asistencias 0
  • Esta fue la Champions en el que su rol cambió definitivamente: de revulsivo a actor principal. Participó en todos los partidos de eliminatorias y en tres de ellos como titular. Tuvo que jugar de lateral derecho en la vuelta de semifinales y hasta en una posición que no es la suya tuvo muy buen nivel. Sobresaliente su Champions.

    • Partidos 10
    • Titular 5
    • Minutos 543
    • Goles 1
    • Asistencias 3
  • Sin ningún protagonismo. Sólo disputó 21 minutos (contra el Dortmund en un encuentro sin nada en juego). Zidane no confía en él y tampoco lo hizo en la Champions.

    • Partidos 1
    • Titular 0
    • Minutos 21
    • Goles 0
    • Asistencias 0
  • Esta Champions le ha terminado de consagrar. Si en el final de la anterior sus actuaciones fueron decisivas saliendo desde el banquillo, en esta también lo fueron desde el inicio. Jugó algún minuto en todos los choques de eliminatorias y dos de ellos como titular (PSG y Bayern)

    • Partidos 11
    • Titular 3
    • Minutos 474
    • Goles 1
    • Asistencias 1
  • El responsable de quitarle a la bbC el cartel de innegociable. Defendió la titularidad que se ganó la temporada anterior por la lesión de Bale. Una dolencia en el hombro le impidió ser protagonista en semifinales contra el Bayern (se perdió la vuelta), pero su Champions ha sido muy buena.

    • Partidos 11
    • Titular 10
    • Minutos 735
    • Goles 0
    • Asistencias 2
  • Zidane le prometió protagonismo y lo ha cumplido: ha jugado algún minuto en cinco de los seis partidos de eliminatorias. En dos de ellos, además, fue titular (en la vuelta contra el PSG y el Bayern). Realizó un partido colosal en el Parque de los Príncipes, en la vuelta de octavos.

    • Partidos 7
    • Titular 4
    • Minutos 257
    • Goles 0
    • Asistencias 1
  • Un caso parecido al de Marcos Llorente. Ha jugado cuatro encuentros en Champions, pero sólo 82 minutos. Contra el Dortmund, en el último encuentro de la fase de grupos, Zizou le dio media hora y fue el mejor jugador del partido. Mereció más minutos…

    • Partidos 4
    • Titular 0
    • Minutos 82
    • Goles 0
    • Asistencias 0
  • El futbolista diferencial. Ni cuando no veía portería en Liga en el tramo inicial de temporada faltó a su cita con el gol en Europa. Sus cifras asustan: 15 goles en 12 partidos. Marcó en los diez primeros encuentros de la competición (sólo el Bayern pudo evitar que marcase). Coge ventaja clara para ganar otro Balón de Oro.

    • Partidos 13
    • Titular 13
    • Minutos 1.170
    • Goles 15
    • Asistencias 3
  • Su Champions estaba siendo muy gris y hasta había perdido su sitio en el once, pero su encuentro en la vuelta contra el Bayern compensó todo lo anterior. Dos goles decisivos que valieron una final. En la final volvió a aparecer para anotar el primer tanto.

    • Partidos 9
    • Titular 8
    • Minutos 601
    • Goles 5
    • Asistencias 0
  • Tras una Champions en la que su rol en el equipo cambió definitivamente, pasando de innegociable a suplente, y una actuación muy discreta en Europa con un gol y dos asistencias; apareció en la final para ser quien decidiera el título con dos tantos, uno de ellos, de espectacular chilena.

    • Partidos 7
    • Titular 3
    • Minutos 296
    • Goles 3
    • Asistencias 2
  • Sólo tuvo un encuentro de titular, contra el Dortmund, y respondió: un gol. Participó en tres encuentros más, pero disfrutando de pocos minutos. Igual que le ha pasado en el resto de competiciones, se ganó con goles más protagonismo del que tuvo.

    • Partidos 4
    • Titular 1
    • Minutos 141
    • Goles 1
    • Asistencias 1

El 'duende' de Zidane

Zidane inició su andadura como técnico profesional dirigiendo al Castilla un 24 de agosto de 2014 con derrota ante el Atlético B. El filial rojiblanco acabó descendiendo a Tercera División y el segundo equipo del Real Madrid acabó en sexta posición, fuera del play-off de ascenso. Además, el hoy triple campeón de Europa permaneció tres meses inhabilitado por no tener el carné de entrenador. Imaginen, tras ese debut con derrota, que un duende mágico se hubiera acercado a Zizou para decirle: “Tranquilo, Zinedine. En tres años, nueve meses y tres días tendrás tres Copas de Europa en tu palmarés y te reirás de un día como el de hoy”. Hasta el mismo Zidane le hubiera dado una patada a ese duende. Pero la realidad, a 26 de mayo de 2018, es que Zizou no tiene duende, no. Zidane es el duende de la Champions. En sus tres primeras temporadas en la competición ha superado a una nómina ilustre de técnicos con dos Copas de Europa y de estilos muy variopintos: Villalonga, Carniglia, Guttman, Herrera, Muñoz, Rocco, Kovacs, Cramer, Clough, Happel, Sacchi, Hitzfeld, Del Bosque, Ferguson, Mourinho, Guardiola y Heynckes. De récord. Nadie había logrado un porcentaje de éxito igual. Ahora sólo tiene por delante a Bob Paisley (1981, 1978 y 1977) y Carlo Ancelotti (2014, 2007 y 2003)…

El libreto de Zizou se basa en la gestión más que en la intervención. Observa, sonríe y decide con naturalidad. No inventa, aprieta e impone. Si en la Undécima funcionaba una bbC heredada en tiempos de Ancelotti, dejaba la bbC. Si en la Duodécima la bbC no era tan innegociable, se subía a la ola de la segunda unidad que tan buen resultado le dio. Y en la Decimotercera se aferró a una columna de 17 futbolistas relegando a Bale al papel de secundario hasta su aparición mágica en la final. “No voy a echar la mierda encima a los jugadores. Contra el PSG nos jugamos la temporada”, decía tras el ‘pepinazo’ del Leganés en el Bernabéu, en los cuartos de Copa del Rey. Quince días antes de aquella eliminación, el técnico del Madrid evidenció lo que sería hoy el secreto de su éxito con un sutil pulso a la entidad: “No necesitamos un portero”. Demostró personalidad y liderazgo ante la idea del presidente de traer un portero en el mercado invernal. El francés blindó al vestuario, protegió a Keylor e hizo caso a los capitanes Ramos, Marcelo y Cristiano. No se puso a inventar desde la pizarra (el Madrid esta temporada ha acabado con 1,14 goles en contra por partido, lejos del 0,61 del Atlético, el 0,71 del Barça o el 0,78 del Manchester United) sino que hizo caso a las palabras del duende que lleva dentro: “Soy el entrenador que soy gracias a vosotros. Fracaso o éxito, pero siempre con vosotros”. Ese doble o nada, avalado con dos Copas de Europa en su bolsillo, provocó el efecto deseado: los jugadores devolvieron esa lealtad respondiendo en la Champions.

La gestión que llevó al éxito a Paisley, Ancelotti y Zidane

Tras lo de Kiev, Zidane ya es el segundo técnico más laureado de la historia del Real Madrid con nueve títulos tras desempatar con Luis Molowny: tres Champions, una Liga, dos Supercopas de Europa, dos Mundiales de Clubes y una Supercopa de España. Sólo tiene por delante a Miguel Muñoz, con 14 trofeos en 14 años (1960-1974). Ahora va a por Bob Paisley y Carlo Ancelotti, los más grandes de la máxima competición continental. Ellos también forjaron su leyenda desde la gestión más que desde la dirección. Paisley, eclipsado aun con sus tres Copas de Europa por el legado del mítico Bill Shankly, se caracterizó por ser un técnico tremendamente modesto. "Siguió siendo un tipo normal entre sus extraordinarios logros”, reza el epitafio del mejor entrenador del fútbol británico. Zidane guarda esa humildad de Paisley (“no soy el mejor entrenador del mundo, pero conozco la cabeza de los jugadores y los egos”, repite constantemente) y comparte el talante de Carlo Ancelotti, que gran parte de su éxito vino por plasmar su experiencia como jugador de élite a un vestuario. “He conocido a Mourinho y Ancelotti y he tenido a muchos entrenadores en mi época de jugador. Siempre he cogido algo de cada uno. Cada uno de ellos me decía: lo importante es que tú hagas lo que consideres conveniente. Quiero que los jugadores se lo pasen bien y ganar títulos”, decía Zidane en enero de 2016 cuando cogió las riendas del primer equipo. Se ha mantenido fiel a ese estilo de gestión más que de intervención dentro de un vestuario. Lleva una carrera de récord. Tanto que el duende que lleva dentro comienza a dudar de aquello que tanto repite: “Fui mucho mejor como jugador que como entrenador”.

Cristiano Ronaldo, leyenda de la Champions

El Madrid ha logrado en Kiev la décimotercera Copa de Europa de su historia y la cuarta de la era Cristiano Ronaldo. Desde que en la temporada 2009-10 el crack portugués llegó al club blanco, la hegemonía merengue en la Champions es rotunda logrando cuatro títulos, tres de ellos de forma consecutiva. Ya nadie duda de que el portugués es el Di Stéfano del siglo XXI por sus números y por haber devuelto al Madrid a lo más alto de la hegemonía continental. Su dominio en la máxima competición europea de clubes es absoluto y lo ha vuelto a demostrar. El protagonismo de Cristiano en esta última Champions, la quinta de su carrera profesional (ganó la de 2007-08 con el Manchester United), ha sido enorme. De hecho, ha repetido como el máximo por sexta temporada consecutiva. Además, en esta edición logró dos nuevos récords: el de haber marcado de forma consecutiva en 11 encuentros (diez partidos de la presente y la final de la temporada pasada) y el de ser el jugador que más finales de Champions League ha ganado: cinco.

Cristiano ha agrandado en Kiev todavía más su leyenda. Sólo Di Stéfano, Maldini, Zárraga y Rial lograron ganar tantas Copas de Europas como él. El vigente Balón de Oro únicamente tiene por delante los seis títulos ganados por Gento. El presidente de honor del Madrid es el futbolista más laureado de la Copa de Europa. El propio Cristiano es consciente de la dificultad que eso conlleva, pero nada más terminar la final de Kiev ya tenía en su cabeza ese nuevo reto.

Pero más allá de las cifras, Cristiano dejó una imagen para la historia. El 3 de abril de 2018, en el minuto 64 del Juventus-Real Madrid de la ida de cuartos de final, el astro portugués se elevó hasta los 2,23 metros para marcar un gol antológico de chilena. Tal obra de arte recibió el reconocimiento de la afición turinesa que reconoció puesta en pie y con una sonora ovación la maravilla que acababa de realizar Cristiano. Ni el dolor de que su equipo fuera perdiendo por 0-2 en ese momento fue óbice para que los tiffosi se rindieran ante uno de los goles más bellos de la historia de la Copa de Europa. Posteriormente, el propio Cristiano reconocería que ese había sido el mejor gol de su carrera.

Precisamente, la Juventus es el único club al que un futbolista, en este caso el crack portugués, le ha marcado 10 goles en la Champions. Redondeó tal gesta marcando el polémico penalti cometido por Benatia a Lucas Vázquez en el Bernabéu y que significó el pase del Madrid a las semifinales en el descuento. En esa penúltima ronda el Madrid se enfrentó al Bayern, uno de los rivales favoritos de Cristiano. No en vano, el crack portugués es el jugador que más goles le ha marcado al campeón alemán en la Copa de Europa. Nada más y nada menos que nueve tantos en ocho encuentros. En esta edición el gol se le resistió ante los bávaros, pero disputó dos partidos de semifinales cargados de compromiso y entrega para poder alcanzar la final contra el Liverpool.

Cristiano ya suma cinco Copas de Europa. ¿Será el Metropolitano el lugar en el que alcanzará en lo más alto a Gento? Dentro de unos meses lo sabremos, pero antes tocará disfrutar de él en el Mundial de Rusia.

Sergio Ramos y la Champions: historia de un idilio

Sergio Ramos y la Champions League: un idilio sin fin, a tenor de las últimas cinco ediciones. El defensa del Real Madrid jugó su cuarta final en cinco años y acumula ya otros tantos títulos en la máxima competición europea, lo que le iguala con históricos como Santamaría, Xavi, Iniesta, Etoo, Messi... En las tres Champions que logró en los últimos años (2014, 2016 y 2017) siempre tuvo un papel fundamental, a veces incluso más protagonista de lo que cabría esperar en un central.

Su registro en la Champions habla por sí solo: ha jugado 114 partidos (69 victorias, 23 empates y 22 derrotas) en los que ha marcado once goles; empata con Panucci en la cuarta posición en la lista de defensas más goleadores de la Champions, sólo superado por Alves y Piqué (12), Helguera (15) y Roberto Carlos (16). Acumula 10.109 minutos en Copa de Europa, pero si por algo pasará a la historia de la Champions será por sus goles decisivos y por su influencia en el triunfo final del Madrid en la competición. Lo analizamos edición a edición.

2013-14: el héroe indiscutible de la Décima

Resulta complicado catalogarle de héroe principal del Madrid que ganó un título 12 años después de la Novena de Glasgow; sobre todo, considerando que Cristiano hizo nada menos que 17 goles en aquella edición, lo que sigue siendo el récord de anotación en una temporada. Pero el peso de Ramos en aquella Champions fue más cualitativo que cuantitativo, y eso que anotó tres goles y dio tres asistencias, números más que estimables para un central. Pero más importante que el qué fueron el cuándo y el donde.

Primero, abrió la puerta de la final al Madrid anotando un doblete en el Allianz Arena ante el Bayern, los dos primeros goles del 0-4 final con el que el equipo de Ancelotti apagó los ánimos del equipo entonces entrenado por Guardiola, que llegaba con la obligación de remontar el 1-0 de la ida. Suficiente épica, pero lo mejor estaba por llegar: en la final, ante el Atlético en Lisboa, un cabezazo inapelable del sevillano en el 92':48'' mandó el encuentro a la prórroga cuando el equipo de Simeone ya celebraba su primera Champions, lograda para más inri ante el eterno rival. Si en la prórroga el Madrid se desató en ataque (4-1 final) para levantar la Décima, fue porque Ramos lo hizo posible.

2015-16: otro gol al Atlético con polémica incluida

Aquella Champions Ramos no anduvo tan fino de cara a la portería rival: hasta la final, ni un gol ni una asistencia, raro en un central de intenciones tan ofensivas como él. Se guardó lo mejor para el partido decisivo, jugado en San Siro (Milán) ante el Atlético, otra vez, dos años después de Lisboa. El equipo blanco arrancó claramente mejor y materializó ese dominio en el minuto 15: Kroos botó una falta, Bale prolongó de cabeza en la frontal y, en boca de gol, apareció Ramos para remachar y evitar que Oblak se hiciese con el balón con facilidad, en plena pugna con Savic.

Las imágenes posteriores revelaron que el sevillano estaba en ligero fuera de juego, si bien el central del Atlético estaba cometiendo penalti por agarrón sobre él; ni una cosa ni otra vio el colegiado inglés Clattenburg, sólo el tanto que subió al marcador. A diez minutos del final, Carrasco empató y mandó el partido a la prórroga y, luego, a los penaltis. Ahí también hizo su papel Ramos, lanzando y anotando, sin titubear, el cuarto penalti de los blancos. Tras el fallo de Juanfran y el gol de Cristiano, la Undécima se hizo realidad, de nuevo con la inestimable ayuda de Sergio Ramos.

2016-17: la más discreta de las tres

En este caso sí se puede decir que Cristiano fue, sin duda, el principal artífice del título, con diez goles entre los cuartos de final y la final. Pero Ramos, como acostumbra, tuvo su participación: un gol (casi dos, como veremos a continuación) y dos asistencias. Su gran partido, sin duda, fue en San Paolo ante el Nápoles. Tras ganar 3-1 en el Bernabéu, el Madrid se preparaba para contener al Nápoles de Sarri, dinámico e imprevisible en ataque.

En el minuto 24 Mertens adelantó a los italianos, lo que ponía el pase en riesgo; otro gol clasificaba al Nápoles. Tras un primer tiempo malísimo de los blancos, surgió la figura de Ramos, que marcó un gol en el 51' de cabeza y luego dio otro testarazo que, tras desviarse al tocar en Mertens, supuso el 1-2, cerrando virtualmente la eliminatoria (luego Morata haría el 1-3 final). Además, el sevillano dio una asistencia durante la prórroga en la vuelta de cuartos contra el Bayern y firmó partidos excelentes en defensa tanto en semifinales, ante el Atlético, como en la final ante la Juventus.

... y unas cuantas decepciones

La historia de Ramos en la Champions es claramente optimista últimamente, pero no siempre fue así. Empezando por la 2006-07, cuando le anularon un gol legal en Múnich que hubiese clasificado al Madrid en octavos. Luego llegaría su famoso penalti a las nubes en la tanda de las semifinales de la 2011-12, ante el Bayern de Neuer (que se mofó a posteriori del sevillano, algo que éste le hizo pagar en las semifinales de la 2013-14).

En la 2012-13 asomaría lo que Ramos era capaz de hacer en Europa, aunque sin final feliz: en la vuelta de semifinales ante el Borussia Dortmund (4-1 en la ida para los alemanes), el Madrid llegó al tramo final con 0-0, pero se rebeló con goles de Benzema (82') y Ramos (88'). Luego, en el último suspiro, tuvo el sevillano un cabezazo que casi entra y que hubiese supuesto el pase a la final de Wembley. Se fue por centímetros y aquello le dolió al de Camas, como dejó ver con sus lágrimas y su mensaje tras el partido: "Nos ha faltado actitud, a mí el primero". Desde entonces, siempre aparece cuando su equipo más le necesita en la Copa de Europa.

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