Machín, un maestro del 3-5-2 alumbrado por Lotina

Justo, didáctico y trabajador. Así es el entrenador Pablo Machín (Soria, 7 de abril de 1975). Se vio obligado, por culpa de una lesión de rodilla, a dejar el fútbol a los 23 años. Y ello le empujó a los banquillos de forma prematura. Su familia no es futbolera, pero tiene el carnet de entrenador desde los 18. Machín se considera un tanto autodidacta, pero ha estado a la sombra de técnicos que le han enseñado qué es el fútbol profesional. Uno de sus mayores referentes ha sido Miguel Ángel Lotina. Fue el primero que tuvo profesionalmente y aprendió cómo trabajar los aspectos tácticos defensivos. Pero también le enseñó el 3-5-2 que ha perfeccionado. Este es el sistema de juego fetiche de Machín.

Pero no solo de Lotina se ha nutrido el técnico soriano porque de Goikoetxea se empapó de su carisma, de Arconada del uso de las nuevas tecnologías aplicadas al fútbol, de Unzué del fútbol ofensivo y de Kresic la experiencia. Machín es un entrenador cercano, que despliega un discurso sincero y en el que deja claro desde el primer instante que hace prevalecer la justicia en el vestuario. Sin rindes, juegas y si no, a esperar. Y le gustan los futbolistas comprometidos, sacrificados y, por supuesto, de calidad.

En su idea de fútbol, el balón es el gran protagonista. Le gusta atacar con valentía (“no soy un suicida”, matiza siempre), la estrategia y todo parece una coreografía. Los carrileros son vitales. Le gusta que sean extremos porque sus desbordes y centros son más efectivos. En su trabajo integra, en un mismo ejercicio, física, técnica, táctica y psicología. Tiene la carrera de Magisterio y Educación Física y le gusta que los jugadores sean estudiosos. Y el claro ejemplo está en los postpartidos. Cada futbolista recibe un DVD con sus acciones analizadas. Y también un adelanto de lo que debería hacer en el siguiente partido.