Areola trae Valium al Bernabéu
El Madrid confirma que Courtois está enfermo. Marcelo, baja. Vinicius y Lucas, fuera de la lista. Rui Silva y Soldado viajaron tocados a Madrid y son duda.
Tres días después, el Madrid confirmó la gastroenteritis de Courtois, patología casi oportuna. El cuadro de ansiedad, atribuido erróneamente al meta, es del público. La ausencia del belga aplaza una nueva sesión del juicio y pone a la afición mirando a un Granada reluciente que firma el mejor arranque de su historia. Recién ascendido, es el mejor equipo de septiembre, le ha ganado al Barça y comparece a un punto del Madrid y del liderato. La afición espera que el equipo de Zidane le mida con más precisión que al Brujas.
Al Madrid le está costando celebrar la primera plaza por su juego, porque ha entrado derrapando en la Champions y por la sucesión de bajas en determinadas zonas (Marcelo y Courtois, las dos últimas) o el exceso de personal en otras (Bale y James, ausentes ante el Brujas sin parte médico que ampare a Zidane). Hoy es partido para Areola, que reconforta a la grada con buenas sensaciones y buenos registros: tres goles encajados en seis partidos este curso y ninguno en el Madrid. Pinta que será provisional, que escampará en el parón y que volverá Courtois, que paga por los errores propios y por el del club en la marcha de Keylor. Para relevar a Marcelo tendrá que improvisar con Militao, defensa adaptable. Zurdo es Bale. Y lateral fue en tiempos, pero en el Madrid renunció explícitamente al cargo. En cualquier caso regresa el galés, ocupado esta semana entre su enfado por no estar ante el Brujas, el Open de España de golf y las cuentas de por cuánto le saldrá su retraso del martes. Ocupará el puesto de Lucas, pitado ante el Brujas y ayer fuera de la lista, como Vinicius. James y Rodrygo les dejan en la grada.
Un Granada histórico
Tendrá el Madrid enfrente un equipo insospechadamente feliz, pese a sus cinco bajas confirmadas y dos dudas de alcance, Rui Silva y Soldado. Viajaron ambos sin la seguridad de si estarán aptos. Soldado conoce bien la casa. Con catorce años mandó el Madrid a Del Bosque al colegio Juan Bosco de Valencia para rematar su fichaje. Fue su última operación como jefe de la cantera del Madrid. "Sólo necesité una mañana. Como cadete de primer año jugaba con los de segundo. Era un goleador". Siempre lo fue, también en las categorías inferiores del Madrid. Y eso que inicialmente tuvo vocación de portero, reconducida por su padre: "Ponte arriba, ahí está el dinero".
Sólo le dieron 27 partidos en el primer equipo, pero triunfó en Osasuna y Getafe y fue un tiro en el Valencia, donde registró mejor promedio goleador que Villa. En 2013 pagó por él 30 millones el Tottenham y entró en el top 15 de fichajes del verano, pero luego todo comenzó a ir peor. Desde entonces no ha vuelto a meter más de diez goles en un año. Ni en el Villarreal, donde se rompió el cruzado, ni en el Fenerbahçe, de donde regresó este verano. Con 34 años, es la celebridad del Granada, en el que sólo ha marcado un gol pero donde se aprecia su trabajo.
Y trabajo es lo que ha agrandado al equipo, que ha marcado más goles que el Madrid y encajado los mismos. Un equipo de jugadores con hambre. Puertas, su goleador y alma, no ha debutado en Primera hasta los 27 años. Tampoco lo había hecho Germán, que ha cumplido ya 32, y futbolistas como Montoro, Vadillo, Azeez o Machís están jugando mejor aquí que en ningún otro rincón de su carrera. El mérito es de Diego Martínez, al que Monchi descubrió en Motril y ha ido llenando su mochila como asistente de Marcelino, Míchel y Emery. Su plan hoy es repetir con los que ganaron al Barça si puede recuperar a Rui Silva y Soldado. Si no, jugarían Escandell y Carlos Fernández. Al Madrid le espera un tarde laboriosa.