Diego Martínez: el entrenador más joven triunfa en el Granada
Monchi lo reclutó del Motril para la cantera del Sevilla y desde ahí ha ido escalando hasta la élite. Este sábado se presenta en todo un Bernabéu.
Diego Martínez Penas (Vigo, 16-10-80) es el entrenador más joven de Primera División y la gran sorpresa de los banquillos. En su primer curso en la máxima categoría, el gallego ha armado un equipo trabajado y con las ideas claras que el sábado peleará por el liderato en el Bernabéu. Una meteórica carrera que empezó en Granada, su ciudad adoptiva... Diego Martínez llegó a la ciudad de la Alhambra desde la otra punta de España para estudiar Ciencias del Deporte, precisamente a unos metros de donde hoy se encuentra la Ciudad Deportiva del Granada. "Me siento andaluz de adopción", dijo el técnico. En el sur de España se formó y creció como entrenador.
Tras jugar en las categorías inferiores del Celta, Diego colgó las botas en Andalucía. Sabía que su techo estaba en la categoría de bronce y con sólo 20 años ya estaba en los banquillos. Su primer equipo fue en Albolote (Granada). De ahí pasó al Arenas de Armilla para seguir forjándose un nombre en la provincia llegando a entrenar al primer equipo en Tercera. Pero su paso por el Motril fue lo que le cambió la vida. Sólo tenía 25 años, aún estudiaba y era el más joven de todos los técnicos de la categoría. Logró el ascenso a Segunda B y Monchi puso sus ojos en él. "Que me llamase Monchi fue un sueño", dijo el técnico vigués de 38 años.
Al Bernabéu con el liderato a tiro
Le ilusionó que el exportero le llevase a Sevilla para dirigir una nueva área. En un año ya estaba entrenado en el juvenil hispalense. Monchi confió en Diego, al que vio algo. Tras dos temporadas como ayudante de Míchel y Emery y con una Europa League bajo el brazo, el preparador gallego cogió las riendas del Sevilla Atlético. Allí explotó. Subió a Segunda y mantuvo a un equipo plagado de jóvenes valores. Su trabajo le llevó a cotas más altas y Osasuna le llamó. Sin embargo, en Pamplona no cuajó y se fue sin pena ni gloria.
Granada y Diego Martínez siempre han tenido una relación especial. Cuando anunció su adiós de Osasuna, la primera llamada fue del Granada. El gallego no se lo pensó y llegó a 'su' ciudad con el reto de devolver a los nazaríes a la élite del fútbol español. Habían pasado siete años desde que subió con el Motril y volvía a su casa. Trabajó en los campos de barro hasta llegar al equipo más importante de la ciudad. Lo demás es historia. El deseado ascenso y el sueño de Primera. Sus Bodas de Oro con el Granada serán en el Bernabéu. La guinda sería el liderato...