Lucía-Aitana: las jóvenes piden paso en La Roja en el Mundial
Su entrada en el descanso revolucionó el debut ante Sudáfrica. Con 20 y 21 años son dos de las más jóvenes del equipo de Jorge Vilda.
Hace un año Lucía García (20 años) y Aitana Bonmatí (21) estaban luchando con la Selección Sub-20 por el campeonato del mundo. Un año después, han derribado la puerta de la Absoluta. Ambas jugadoras fueron clave en la remontada de España ante Sudáfrica. Salieron al campo en el descanso y todo lo hicieron bien. Encendieron el partido. No les temblaron las piernas. Aportaron la frescura que tanto necesitaba el equipo en un momento complicado.
Vilda lo tiene claro: cree en las más jóvenes. El técnico comenzó su andadura en la Absoluta hace cuatro años y lo primero que hizo fue acometer un cambio generacional. Algunas de las 'clásicas' jugadoras de La Roja pasaron a ser historia. El técnico madrileño apostó por la savia joven. Algo normal, ya que el técnico que venía de dirigir a las categorías inferiores. Las conocía perfectamente.
Lucía (Athletic) desbordó por la banda derecha y se coló muchas veces hasta la cocina. Provocó el segundo penalti y marcó el tercer gol. Un debut en un Mundial a lo grande. "Si el míster lo decide, yo voy a estar ahí para todo. Quizá tengo más opciones por edad de regresar a un Mundial que una jugadora de 30 años, pero estoy lista", cuenta.
Aitana (Barça), por su parte, fabricó con descaro las jugadas de ataque del equipo español y le dio más juego interior. "Hablo con las que llevan más tiempo y ellas no se esperaban que en tan poco tiempo la Selección avanzara tanto. La Federación y los clubes están trabajando bien", dice.
Ambas pertenecen a la generación más exitosa del fútbol femenino español: la del 98. Esa que se proclamó campeona de Europa Sub-17 en 2015 y también tocó el cielo continental Sub-19 en 2017. Un año después se convirtió en subcampeona del mundo Sub-20. El debut de las dos en un Mundial no pudo ser más prometedor. Hace poco seguían a la Absoluta por televisión y el pasado sábado, en el Stade Oceane en Le Havre, fueron el faro de La Roja. No se les puede pedir más.