Cartagena prepara una olla a presión para recibir al Castilla
El equipo albinegro cree firmemente en la remontada. Rubén Cruz: "Sólo de pensar ya en este partido ya me arde la sangre".
EI Cartagena lo dará todo para intentar remontar ante el Castilla el 3-1 encajado en Valdebebas. Los albinegros se dejarán el alma en el campo. Y la ciudad la garganta en la grada. A cuatro días del partido ya se habían vendido 8.063 localidades, más de la mitad del aforo, y se espera que las largas colas de estos días se amplíen conforme se acerque el domingo por la tarde (19:30h.). Cartagena se prepara para un día grande. Los jugadores han salido a empapelarla con el cartel del partido, habrá 14.000 globos repartidos en las butacas, recibimiento previo al autobús del equipo... No se quiere dejar pasar ningún detalle. Como excepción, Munúa dirigirá una sesión a puerta abierta en el estadio mañana por la tarde (19:00 horas) para que los seguidores hagan llegar aún más si cabe el cariño a la plantilla.
"Estamos dolidos por la ida, pero toca remangarse, sobreponerse a los fallos y seguir. Veo a la gente muy motivada, creyendo en uno mismo y en el compañero. Estoy convencido de que la eliminatoria la vamos a pasar", contaba Rubén Cruz, delantero curtido en mil batallas y con varios playoff a sus espaldas. Su caso, el de un punta que apenas ha tenido oportunidades en el once con Munúa, es el mejor ejemplo del compromiso grupal: "Hay que vivir un domingo de esos que no pasan cada mucho tiempo. Será un espectáculo. No es momento de analizar la situación de cada uno. Este año ha sido muy duro para mí, pero es algo que no importa, lo que vale es el domingo. Si tengo la oportunidad de jugar, me voy a dejar el alma. Para nada está la eliminatoria perdida".
Apuesta Rubén Cruz, como sus compañeros, por abordarlo como una final: "Sólo de pensar en el partido se me pone la sangre ardiendo. O damos todo, o no habrá opciones. Y luego ya veremos qué pasa, si pasamos o no, pero debemos vaciarnos. Quiero que llegue el partido ya, y con esa intensidad es como mejor juega uno. Se ve en cada entrenamiento que somos conscientes de lo que nos jugamos". El de Utrera hacía un último llamamiento a la grada: "Los aficionados deben venir con el cuchillo entre los dientes, como saldremos nosotros. Son 95 minutos en los que el equipo va a responder".