SEVILLA 0-VALENCIA 1

El Valencia huele la Champions

Un gol de penalti derrota a un Sevilla que regaló la primera parte y luego estuvo impotente en un final polémico por una jugada al límite entre Gayá y Gonalons.

Después de una primera vuelta tan errante y extrañísima que hasta su mismo entrenador, Marcelino, no era capaz de explicar la retahíla de empates, el Valencia huele la Champions después de una fantástica racha en los últimos meses. Desde 1942 no estaba 16 partidos oficiales sin perder. Finalista de Copa, cuartofinalista de Europa League y ya sexto en LaLiga, ve la cuarta plaza a tiro de una victoria, la que consiguió en el Sánchez Pizjuán gracias a su gran capitán, Parejo, futbolista grande y frío que definió un partido con un penalti bien tirado ante el debutante Javi Díaz. La victoria del Valencia en Sevilla, en medio de un final de locos (posible penalti a Gonalons y gol bien anulado al francés), fue un golpe en la mesa que desata un festival de expectativas en Mestalla.

El Valencia ya ha ganado más partidos fuera de casa que en Mestalla

Hasta el momento, el equipo de Marcelino García Toral, que es el"rey del empate" en el actual campeonato con dieciséis igualadas, ha obtenido cinco victorias lejos de Mestalla frente a las cuatro que ha sumado ante su afición.  El conjunto valenciano se ha impuesto a domicilio frente a la Real Sociedad, Getafe, Celta, Girona y Sevilla, mientras que en casa ha ganado a Rayo Vallecano, Huesca, Villarreal y Athletic de Bilbao. Sin embargo, en cuanto a puntuación todavía es ligeramente mejor como local, ya que de sus 43 puntos, veintidós los ha sumado en casa y veintiuno como forastero.

Mientras Marcelino demostró su calidad como entrenador de élite, Caparrós, al borde de firmar su fecha de caducidad como técnico de LaLiga, metió la pata gravemente en la primera parte. Le concedió al Valencia el honor de poner de interior a Banega, la posición en la que se ven más las costuras de los futbolistas sin piernas. Desde ese puesto tan lejano adonde se juegan las lentejas en el fútbol, el argentino es inofensivo con balón y nocivo sin él. Así se definieron los primeros 45 minutos, con un penalti absurdo de Banega sobre Gayá. Llegó tan tarde como la decisión de Caparrós de desterrarlo desde esa posición que estaba reventando al Sevilla. El gol de Parejo, que tiene un golpeo admirable de balón da igual desde dónde lo ejecute, seguramente fuera un premio excesivo a lo que el Valencia ofreció en la primera parte. Sin embargo, el plan de Marcelino fue el correcto. Un 4-4-2 asimétrico en el que Carlos Soler sí sabe hacer lo que ya no puede hacer Banega.

Más aliviado por los resultados de Getafe y Alavés que por su propio juego, el Sevilla empezó la segunda parte con nuevo dibujo (Banega al medio y el Mudo de falso interior derecho y luego Bryan Gil) la convicción de que el empate podía ser un gran resultado. Gameiro hizo un nudo en las gargantas sevillistas con un tirazo al travesaño en el minuto 55. Lo cierto es que el Valencia hizo lo justo para ganar pero al Sevilla no le alcanzó con las llegadas del Mudo Vázquez (imprescindible en el equipo) y las escaramuzas de Ben Yedder y Munir. El alboroto final en el área le dio suspense al partido pero no alteró el resultado. No es que el Valencia huela la Champions, es que tiene a su gente emocionadísima.

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