VALLADOLID 1-REAL MADRID 4

Señaladísimo Marcelo

Solari escenificó en Zorrilla su divorcio con el segundo capitán, del que tiró en el 89' y con 1-4 para poner a salvo a Reguilón, tocado desde hacía minutos.

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Solari, como el indio que se deshace de una perla que hasta hace nada valía casi tanto como toda su tribu, volvió a señalar, sin temor a devaluarle, a Marcelo (30 años) este domingo. Sin opciones de títulos y con el equipo a la deriva, tampoco contó ante el Valladolid con él, decimosexto jugador en minutos desde que llegó. Curiosamente, el abismo que les separa quedó más en evidencia que nunca al darle entrada en el 89' y con 1-4 en el marcador.

Solari, dándole indicaciones a Marcelo antes de que entre al campo.JESUS ALVAREZ ORIHUELADIARIO AS

Ese cambio retrató la difícil relación entre el entrenador y el segundo capitán del Madrid. Al llegar a la altura del técnico, Marcelo prácticamente desatendió sus instrucciones. Fue, seguramente, su forma de manifestarse contra la sustitución: con Reguilón tocado desde hacía minutos, Solari no había tenido la sensibilidad de ordenar el relevo antes. Benzema, más en modo capitán que nunca, se acercó a la banda para recibir al brasileño entregándole el brazalete y dándole un abrazo. Fue como si Karim, que a menudo parece ajeno a todo, se hubiera dado cuenta de la necesidad de empatizar con uno de los pesos pesados del vestuario.

Suplente de Reguilón

Desde 2006 en el club y habiendo ganado 4 Champions, 4 Ligas, 4 Mundiales de Clubes, 3 Supercopas de España, 3 Supercopas de Europa y 2 Copas del Rey, Marcelo se encuentra encerrado en una suplencia que le hace sopesar reunirse con Cristiano en la Juventus. 

La potente irrupción de Reguilón (22) y su bajón físico le han señalado el banquillo, su plaza habitual este curso. No aparecía en el campo desde el Girona, cuando el Madrid se empezó a descomponer y fue señalado por la derrota. No ha participado en noches en las que era costumbre que brillase, como la vuelta de Champions ante el Ajax o el Clásico de Liga. Ese fue el preludio de lo vivido el domingo: suplente pese a la plaga de bajas y luego requerido para los minutos de la basura, con el partido decidido... 

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