El Madrid afronta otro clásico: la Champions o la nada
Prueba de supervivencia sin el sancionado Sergio Ramos: le relevará Nacho. Lucas recuperará su sitio a costa de un Bale invisible.
El fútbol es material notablemente inestable. Hace tres semanas se vieron Ajax y Madrid en Ámsterdam. Los holandeses habían ganado sólo uno de sus cuatro partidos de Liga precedentes y habían encajado un set en su Clásico, ante el Feyenoord. El Madrid encadenaba, en siete partidos, seis victorias y un empate en el Camp Nou. Ganaron los de Solari en el Johan Cruyff Arena (1-2) y de pronto cambió el viento. Ahora el Ajax es otro. Lo ha ganado todo desde entonces (a una media de más de cuatro goles por partido) y vapuleó al Feyenoord en De Kuip en la Copa (0-3). Y el Madrid llega de perder dos Clásicos en los que no ha marcado un gol y llueve metralla sobre Chamartín. La Champions ha pasado de mejor opción a única y desesperada opción.
Bale lidera sobradamente el ránking de aquello que está en solfa en el Madrid. “Deberían besarle los pies”, proclamó ayer su agente, Barnett, mientras anunciaba la decisión del futbolista de no moverse, algo que sonó a plaga bíblica. Lucas Vázquez y Bale se repartieron los Clásicos. El gallego dio 27 pases acertados más, recuperó seis balones más, hizo seis entradas más, cometió tres faltas más y sufrió tres faltas más. Con Bale, el Madrid perdió tres puntos de precisión en los pases, aculó 20 metros su línea del fuera de juego y le tiraron el triple. Así que el público se inclinó por el silbido de castigo en lugar de la reverencia de reconocimiento que exige Barnett sin más fundamento que su relación contractual.
Difícilmente repetirá con él Solari, más en un partido en que, de salida, marcar no es innegociable. En Ámsterdam jugó la primera hora, cuando más sufrió su equipo. Luego salió Lucas y el Madrid mejoró extraordinariamente. La entrada del gallego es uno de los dos cambios previstos respecto a la ida. El otro será por imperativo legal: Ramos está sancionado y saldrá Nacho, que ya actuó en Ámsterdam por una indisposición de Varane.
Tadic, la amenaza
El cruce de rachas y el recuerdo de la ida han vuelto optimista al Ajax. Pinta que Ten Hag repetirá aquel once, con Tadic como nueve, recurso que empleó entonces y ante el Bayern con cierto éxito. Menos probable parece que emplee a Dolberg como ariete y siente a Neres. Tadic nunca pasó por goleador. En el mejor de sus cuatro años en el Southampton se quedó en nueve. Y en el Groningen y el Twente, sus anteriores experiencias en Holanda, no pasó de 7 y 16, respectivamente. Este curso lleva 25. El serbio es el tercer fichaje más caro en la historia del Ajax. Pagaron por él 13,7 millones por recomendación de Alfred Schreuder, segundo de Ten Hag y que le había dirigido en el Twente. “Estoy en uno de los quince o veinte equipos más grandes del mundo. Por eso lo elegí”, dijo en su presentación. Es la gran baza de un Ajax que le ha metido pimienta a su escuela. A su llegada, Ten Hag explicó dónde radicaba la gran ventaja del PSV: “Nos superan en términos de supervivencia y ganas de vencer. Echo de menos esa entrega”. El equipo la tuvo ante el Madrid en la ida. Esta vez, además, Tagliafico y De Jong, que jugaron tocados en Holanda, llegan en plenitud. El argentino está entre los posibles relevos de Marcelo. Ziyech, superado en remates en la Champions sólo por Messi, Cristiano y Suárez, también se antoja inquietante
Para el Madrid es un match ball. Llega después de dos fracasos en un suspiro y con menos descanso, porque la Federación Holandesa aplazó el partido liguero del Ajax ante el Zwolle del pasado fin de semana. Los holandeses han dispuesto de seis días para preparar el choque del Bernabéu. El Madrid, de sólo tres. El equipo de Solari tiene un claro problema de definición. Se queda a cero en casi una cuarta parte de los partidos que disputa y el asuntó ya no es tabú. Lo dijeron el técnico y Ramos el domingo y lo recordó Modric ayer. Eso no lo ha solucionado Vinicius, al que, desde luego, no se le ha venido el escenario encima. Entre los jugadores de su posición, es el que más dispara en la Liga (una vez cada 22 minutos) y el segundo que más regatea, tras Dembélé. Él y Reguilón representan la regeneración, pero el Madrid los ha hecho crecer prematuramente porque no le queda tiempo. La cosa está entre la clasificación y el forense.