El ADN del Valencia es no rendirse

Si algo estamos comprobando de nuevo en esta edición de la Copa del Rey, es que el Valencia nunca se rinde. Es parte de su ADN, pero ya se pudo ver en el Benito Villamarín que para nada es sencillo vencerle. Y eso que enfrente tenía y tiene a un Betis que aspira a disputar la final que se jugará en su propia cancha, que es un plus para cualquiera.

Si hablamos de la motivación, este tipo de jugadores con tanta jerarquía necesitan menos condimentos externos para rendir al máximo, así que por descontado será un partido de muchísimo nivel. De hecho, el Valencia funciona como se espera de ellos, un grupo que si no va a una, sufre. De nuevo las piezas encajan, con mucha solidaridad en defensa y rapidez en ataque.

El Betis es otra máquina de crear fútbol. En su estadio jugó de forma valiente con un 3-1-4-2 que ya no sorprende conociendo a Quique Setién, un entrenador sin miedo y con ganas de dar espectáculo a los aficionados. Tras la eliminación europea, tienen una oportunidad de resarcirse entrando a la disputa de una Copa si superan al Valencia. Será una gran noche en el estadio de Mestalla, de esas que a uno le traen muy buenos recuerdos.