Neymar: una fiesta y muchas preguntas

Aun lesionado y sin poder jugar, Neymar acapara la atención de la actualidad del PSG. En Francia se preguntan si la fiesta con la que el pasado lunes por la noche celebró su 27º cumpleaños puede pasar factura al rendimiento del equipo. Los de Tuchel atraviesan ahora un momento crucial de la temporada, con la visita al Manchester United en la ida de octavos de la Champions como primera final de la temporada (martes 12, 21:00).

En Le Parisien recuerdan cómo la campaña pasada, el brasileño celebró su cumpleaños días antes del cruce con el Real Madrid y el equipo entonces entrenado por Unai Emery cayó 3-1 en el Bernabéu. El calendario, además, es exigente con los parisinos, que tendrán que afrontar dos partidos aplazados de Liga en sus semanas de descanso en la Champions. Sin ir más lejos, los de Tuchel visitan hoy miércoles (18:30) al Villefranche de la tercera categoría del fútbol francés en partido de octavos de final de la Copa de Francia.

"Si no hay consumo de alcohol ni una velada tardía, no hay riesgo", comenta al diario un preparador físico de la Ligue 1. Sin embargo, Le Parisien recuerda que, aunque habrá rotaciones en Copa, algunos jugadores no se recogieron hasta las cinco de la mañana.

"Es increíble. Pensaban que tendrían en cuenta la lección del año pasado. El club tendría que intervenir para decir que no era serio. Una segunda noche en blanco después del partido contra el Lyon y un poco de alcohol y algunos jugadores, no todos, van a pagarlo con su rendimiento físico", argumenta Guy Roux (de 80 años), entrenador del Auxerre durante más de cuatro décadas.

Otra de las preguntas en el aire es cómo un entrenador como Tuchel (de 45 años), reconocido por ser estricto en aspectos como el descanso y la dieta, no ha presentado mayor oposición. "Era su cumpleaños, pero al mismo tiempo Neymar está muy triste porque no puede jugar con nosotros. Es nuestro deber estar a su lado y demostrarle que estamos juntos y le apoyamos; es importante para él", dijo el alemán justifican la presencia de toda la plantilla, salvo Rabiot, en la fiesta. La autoridad de Tuchel parece diluirse ante la influencia de Neymar en el vestuario.