La tormenta de Clásicos de 2011 dejó secuelas: Pep, Mou, Pepe...
Madrid y Barça van a jugar tres Clásicos en 25 días; en 2011 jugaron cuatro en 18 días y las consecuencias todavía resuenan.
Vuelve la tormenta de Clásicos entre Real Madrid y Barcelona, en este caso con dos partidos de semifinales de la Copa del Rey y otro de Liga en apenas 25 días. Tres partidos de enorme intensidad concentrados en poco más de tres semanas que recuerdan, inevitablemente, a los cuatro Clásicos que ambos equipos jugaron en 18 días allá por abril-mayo de 2011. Fueron un partido de Liga, una final de Copa y unas semifinales de Champions que dejaron secuelas, cuyos ecos todavía resuenan en ambos clubes y que llevaron la relación del Puente Aéreo al borde del abismo, entrenados por Mourinho y Guardiola.
Liga | Real Madrid 1 - Barcelona 1
El arranque de la tormenta de Clásicos llegó el 16 de abril de 2011, con el partido de Liga en la segunda vuelta, tras el 5-0 del Camp Nou en la ida que tan dañado dejó al Madrid en su orgullo. El Madrid llegó casi sin opciones en Liga, a ocho puntos del Barça y con 16 de ventaja sobre el Valencia, tercero. Una victoria daba mínimas opciones de título a los blancos, pero lo que verdaderamente estaba en juego era el orgullo. El partido acabó en tablas, empate a uno con tantos de Messi y Cristiano, ambos de penalti, y con Mourinho enseñando su plan para la final de Copa, siguiente partido de la saga: Pepe actuó como mediocentro en el trivote medular, en un Madrid ultradefensivo que logró contener al mejor Barcelona de Pep Guardiola. Albiol acabó expulsado, pero la tensión no fue a más.
Copa | Real Madrid 1 - Barcelona 0
Sólo cuatro días después, el 20 de abril, ambos equipos se vieron las caras en Mestalla, con la Copa del Rey en juego. Mou repitió con Pepe como mediocentro y logró que el Madrid mandase y pudiese marcar varias veces en el primer tiempo, pero le faltó acierto. La segunda parte espoleó al Barcelona, que se abalanzó sobre el Madrid y gozó de tres claras ocasiones, salvadas por un Casillas muy inspirado. En medio, la tensión se desbordaba, con el Madrid empleándose con dureza para frenar el juego de toque azulgrana: el choque acabó con ocho amarillas, dos de ellas para Di María.
La prórroga fue blanca: el Madrid respondió mejor físicamente ante un Barcelona fundido y Cristiano ajustició a los de Guardiola con un enorme cabezazo a centro de Di María. De aquel partido ya se salió hablando de que el Madrid había jugado al límite, de que el Barça forzaba cada falta y exageraba cada caída, de que Mourinho provocaba al banquillo rival... La nota cómica la puso Sergio Ramos: en la celebración de Cibeles se le cayó el trofeo, arrollado y destrozado por el autobús blanco.
Champions | Real Madrid 0 - Barcelona 2
Y al tercer partido, todo estalló. La tensión se hizo insoportable. En lo deportivo, no hubo réplica: el Barcelona dominó al Madrid de cabo a rabo y venció con dos goles de Messi, el primero de época. Antes del partido, Mourinho atizó con fuerza a Guardiola por haberse quejado de un gol bien anulado a Pedro en la final de Copa, por un fuera de juego milimétrico. "Hasta ahora teníamos dos grupos de entrenadores, un grupo que no habla de los árbitros; y otro en el que está gente como yo que los critica pero que está contento de halagarlos si tienen una buena actuación. Con Pep entramos en una nueva era. Ha creado un grupo, en el que está sólo él: los que critican el acierto del árbitro...", dijo con sorna Mourinho en la rueda de prensa previa a la ida de semifinales.
Ya en el partido, el plan ultraconservador de Mou iba como él quería: 0-0 hasta que, en el 61', Pepe ve la roja directa por una dura entrada sobre Dani Alves que el brasileño (como era costumbre en él) exagera enormemente; sobre todo, a la vista de que imágenes posteriores confirmaron que Pepe apenas llegó a tocar al defensor culé. Con diez, el Madrid se desmoronó en los minutos finales y Mourinho dio su conferencia de Prensa más recordada: "Ha quedado demostrado que ante el Barcelona no tienes ninguna posibilidad. Porque la UEFA no deja a ninguno de los otros equipos jugar contra ellos. No entiendo por qué. No sé si es la publicidad a Unicef, no sé si es porque son muy simpáticos...Espero no vivir toda mi vida con esta cuestión y que un día tenga respuesta".
"Si le digo al árbitro y a la UEFA lo que pienso, mi carrera acaba hoy, por eso sólo digo una pregunta: ¿por qué? ¿Por qué? Podíamos jugar tres horas y el partido hubiera quedado 0-0. Drogba fue sancionado tras las semifinales de Champions, como Bosingwa, Motta no pudo jugar la final por ser expulsado y tanto Wenger como Nasri fueron sancionados después del encuentro de cuartos de final. Ahora, yo estoy aquí sancionado y no debería ni estar aquí. Guardiola es un fantástico entrenador de fútbol pero ha ganado una Champions que a mi me daría vergüenza ganar con el escándalo de Stamford Bridge. Y este año, si la gana, será con el escándalo del Bernabéu", prosiguió, apuntando además una larga lista de nombres de árbitros que, a su juicio, habían beneficiado al Barcelona. Y de paso, dio por perdida la eliminatoria.
Champions | Barcelona 1 - Real Madrid 1
El Madrid salió dispuesto a intentar una remontada épica y llegó a marcar gracias a un tanto de Higuaín, pero el árbitro lo anuló por falta de Cristiano sobre Mascherano; el portugués había sido previamente placado por Piqué, lo que le hizo tocar al argentino, pero De Bleeckere lo anuló igualmente y provocó las iras del Madrid, que además recibió gol de Pedro en el 54' y, pese a que llegó a igualar con tanto de Di María en el 64', se quedó a medio camino en su remontada. Fue el único partido de los cuatro en que el Madrid acabó con once jugadores. Mourinho volvió a quejarse en la conferencia de Prensa, pero el Barcelona avanzó y acabó ganando esa Champions ante el United en Wembley.
Las secuelas
Meses después, en agosto de 2011, toda esa tensión acumulada estalló en la Supercopa de España, que se apuntó el Barcelona por un gol: 2-2 en la ida, 3-2 en la vuelta. Una patada alevosa de Marcelo a Cesc fue la chispa de una enorme tangana que acabó con Mourinho metiendo un dedo en el ojo de Tito Vilanova, entonces segundo de Guardiola (Mou, con terrible gusto, diría luego que no sabía quién era "Pito Vilanova"). Las relaciones entre los internacionales españoles de ambos equipos se rompieron y hubieron de ser cosidas más tarde, con una llamada entre Xavi y Casillas patrocinada por Del Bosque en la que se limaron asperezas de cara a la Eurocopa 2012, que la Selección ganaría brillantemente.
Para el Barça de Pep, ese fue su último gran año. Al curso siguiente sólo pudo ganar la Copa y Guardiola se marchó, dejando el sitio a Tito Vilanova. Por contra, el Madrid de Mou despegó: en la 2011-12 firmó la Liga de los récords, con 100 puntos y 121 goles, y rozó la final de Champions, que se le escapó en la tanda de semifinales contra el Bayern de Múnich. Un año después el proyecto del preparador de Setúbal se pudriría, pero entonces fue capaz de usar ese enfrentamiento con el Barcelona como motor para crear un Madrid contragolpeador y letal.