RIVER-BOCA

El River-Boca tendrá más policía que el Madrid-Barça

La seguridad será mayor que el clásico español de 2015, disputado tras los atentados de Bruselas y París. El primer control será en Barajas: no entrarán los hinchas con antecedentes.

Madrid
OSCAR DEL POZOAFP

El Boca-River del domingo 9 en el estadio Santiago Bernabéu tendrá más seguridad que el Madrid-Barcelona de 2015, un partido que se celebró muy poco tiempo después de los atentados terroristas en el estadio de Francia, en París, y de los de Bruselas, que impidieron que se jugara un amistoso entre Bélgica y España. La Delegación del Gobierno en Madrid ya está diseñando el plan, en el que trabajarán casi dos mil efectivos entre las Fuerzas del Estado, la seguridad privada y la Policía argentina, que trabajará junto a la española y se infiltrará entre los aficionados de su país para controlar, si los hubiera, los brotes violentos.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha dado instrucciones al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, para que trasmita a los mandos policiales la importancia para la imagen de España en el mundo de controlar la seguridad del partido. Sánchez ya lo avanzó en las redes sociales: "España está dispuesta a organizar la final de la #CopaLibertadores entre el @BocaJrsOficial y el @CARPoficial. Las FCSE (Fuerzas de Seguridad del Estado) y los servicios implicados, con amplia experiencia en dispositivos de este tipo, trabajan ya en el despliegue necesario para garantizar la seguridad del evento". El presidente ha dicho que hay que "hacer lo posible y lo imposible para que todo salga bien". No se descarta el traslado de efectivos de otras Comunidades a Madrid para reforzar la seguridad del Clásico de América.

El día del partido se abrirán las puertas del Bernabéu con tres horas de antelación, y para llegar hasta el recinto habrá que superar tres cordones de seguridad en los que trabajarán casi mil efectivos de la Policía Nacional, otros tantos guardias jurados y 150 efectivos de la Policía Municipal de Madrid. Una vez en las puertas del estadio, los controles de acceso serán minuciosos y sistemáticos, no aleatorios. Antes, durante toda la semana, se establecerá el primer control en el aeropuerto de Barajas, donde se impedirá la entrada al país a todos los hinchas que tengan antecedentes penales. Además, la Policía española solicitará a la argentina el Registro de Barras Bravas, para controlar a los violentos.

Además de todo lo anterior, en el partido se aplicarán con esmero todas las medidas del protocolo establecido para los partidos de alto riesgo, como la separación de aficiones en el desplazamiento y la ubicación en el estadio o la grabación de la totalidad del graderío para vigilar los movimientos y el comportamiento de los espectadores.

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