Butarque no es estadio de saldos. El Leganés jamás anda de rebajas cuando juega en su casa. Sucedía con Garitano y la historia se repite con Pellegrino. Butarque es un fortín coqueto, de apenas 12.000 asientos, cada uno de ellos convertido en almena (casi) infranqueable para los rivales. Da igual su nombre. Se llamen Barça o Atlético. Rayo o Real. Baste un dato para comprender la dimensión numantina del recinto: pese al horrible arranque de Liga pepinero, los chicos del Flaco han igualado el inicio como locales del pasado curso, cuando, a estas alturas, el Lega gozaba de tortícolis europea con tanto mirar al cielo de la bandera estrellada.
Ahora semejante resistencia incompleta (fuera de casa la tragedia es recurrente) alimenta el optimismo madrileño para retar a un visitante difícil, aunque quizá no tanto como parece (sigue el partido en directo en As.com). Sí, es verdad que el Alavés llega a la Avenida de los Once Leones como cuarto clasificado, pero los babazorro son un rival generoso al sur de la capital. En Primera jamás tumbaron a un Lega que siempre les ha hecho gol en la élite. En sus últimos siete duelos oficiales el balance es claramente pepinero: tres victorias y cuatro empates, con once goles a favor y sólo seis en contra. Casi una bicoca.
Morbo. Se suma al optimismo madrileño la ascendente inercia competitiva de los de Pellegrino, con tres empates seguidos. El argentino pone morbo al duelo. Se reencuentra con el Alavés. “Ha sido importante en mi vida, pero ahora no es nada especial”, admitió ayer con cierto tono despechado. También reconoció que El Zhar no viajó a Girona por un problema “extra futbolístico”, que Arnáiz tiene el “alta médica”, pero no “el alta futbolística” y que Lunin será hoy su portero. El ucraniano debutará como titular en Liga por lesión de Cuéllar. En la otra portería, Pacheco es noticia. Vuelve a una lista tras caerse por lesión en Ipurua. Pese a ello, su estado es una incógnita en este choque que el Lega promete sin rebajas para el enemigo. Lo contrario sería abrazar esa foránea costumbre del Black Friday y sumir Butarque en un oscuro viernes negro.