Pellegrino y el reencuentro con el Alavés, su año dorado como entrenador
Mañana el Flaco dirigirá al Leganés contra su ex equipo, al que llevó a una final de Copa en un curso excelente. Dos de sus ayudantes (Tamarit y Compagnucci) también le acompañaron en Vitoria.
Mauricio Pellegrino se reencontrará mañana con el Alavés en competición oficial. El entrenador del Leganés dirigirá a los pepineros contra el equipo en el que ha vivido su mejor etapa profesional como encargado de un banquillo y también donde se retiró como jugador en 2005. En Mendizorroza lideró un bloque que jugó una final de Copa del Rey la misma temporada que regresaba a Primera División. La perdió contra el Barça (3-1) en el último encuentro oficial del Vicente Calderón.
En Liga, ese curso 2016-2017, los babazorros (con un equipazo con Llorente o Theo ente otros) incluso soñaron con retornar a puestos europeos, pero faltó el último esfuerzo para hacer del sobresaliente una matrícula de honor. El Alavés terminó, eso sí, en una excelente 9ª plaza. Solo ocho equipos lo hicieron mejor que los vitorianos esa campaña, la única de Pellegrino como su técnico.
A final de temporada el preparador dejó Mendizorroza alegando motivos personales que, más adelante, se cruzaron con la posibilidad de entrenar al Southampton de la Premier League.
Luego llegó el litigio con las primas de su cuerpo técnico por jugar final de Copa, asunto que está judicializado y en el que los Tribunales dieron la razón a Pellegrino y los suyos en primera instancia el pasado verano. Ahora el Alavés ha recurrido. En juego, 500.000 euros a repartir a partes iguales entre los cinco miembros del staff que acompañaba al Flaco. Dos de ellos le acompañan aún en Butarque: Xavi Tamarit y Carlos Compagnucci.
Buen recuerdo y una paradoja
Pese a este roce legal, el recuerdo que expresan del Alavés, en público y privado, tanto Pellegrino como los suyos es magnífico. Se demostró en el amistoso que ya midió a ambos equipos en pretemporada, el primero, por cierto, del argentino al frente del Leganés.
En aquel choque disputado en Los Ángeles de San Rafael (1-1) todo fueron saludos cordiales, cargados de afecto entre el cuerpo técnico del Leganés y sus ex. Una escena que se repetirá este viernes con mucho, muchísimo más en juego. Porque a los madrileños, terceros por la cola, solo les vale la vía Aragonés: ganar, ganar y ganar y volver a ganar. Aunque sea frente al Alavés, el equipo en el que Pellegrino ha vivido su mejor etapa como entrenador.
Una campaña, por cierto, con anécdota final: los blanquiazules disputaron el último partido de Liga precisamente contra el Lega en un soleadísimo Butarque. Tanta luz había, que Pellegrino pidió una gorra al Alavés. Los utilleros no portaban ninguna, así que el Lega le cedió una que tuvo que tapar, eso sí, con esparadrapo para que no se le viera el escudo pepinero. Un escudo que ahora luce en la pechera. Guiño del destino. Paradojas del fútbol...y este viernes, anécdota del reencuentro.
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