REAL MADRID

Las reformas tácticas de Solari

En Melilla se vieron algunos de los cambios que pretende el argentino. El doble pivote, el juego de los laterales o el papel de Asensio, los más visibles

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La inauguración de la etapa de Solari en el Madrid dejó entrever algunas de las consideraciones tácticas con las que puede trabajar el técnico argentino. La fragilidad lógica del Melilla minimiza el efecto de cualquier reflexión, pero es cierto que hubo algunos indicios de lo que pretende.

El doble pivote

Solari alineó a dos hombres en la medular. Primero fueron Llorente y Ceballos, con el utrerano más suelto en ataque, y después juntó al mismo Llorente con Valverde tras el descanso. La decisión parece orientada a solidificar la medular y mejorar las coberturas que los centrocampistas hacen a los laterales, muy altos siempre en el Madrid. Su equipo estableció una estrategia destinada a recuperar en esa zona (37,3 metros de distancia media a portería rival). Ceballos robó siete balones en el primer tiempo. En el Castilla, aunque utilizara un 4-1-4-1, Solari siempre reunía a dos pivotes en fase de posesión del contrario. 

La aportación de los laterales

En el Madrid es costumbre que los laterales asuman un rol ofensivo extraordinario casi con cualquier entrenador. Solari sigue esta línea, pero además les pide que aumenten su participación en la construcción. Odriozola, notable en Melilla, y Reguilón desempeñaron las demandas del argentino. El lateral derecho se relacionó con Lucas, Llorente y Asensio (17, 9 y 8 pases, respectivamente) y se proyectó con enorme acierto (dos asistencias y un gol). En un nivel inferior, Reguilón hizo un trabajo muy similar en la izquierda (16 entregas a Vinicius y 12 a Ceballos). El 66% de los ataques del Madrid fueron por las bandas.

El papel de Asensio

Resultó llamativa la posición de Asensio. De mediapunta en la primera parte, jugó de falso nueve durante muchos minutos del segundo tiempo. Se puede intuir que con esto Solari prefiera al balear en posiciones más centradas y alejadas de la banda, aunque la titularidad de Vinicius también le pudo obligar a ello. Con todo, Asensio gozó de mucha liberta de movimientos y ocupó zonas de remate para finalizar los centros desde la banda. En el primer gol fijó a la zaga del Melilla y liberó a Benzema; en el segundo aprovechó la asistencia de Vinicius.

Menos riesgos en la salida

Mientras le acompañaron las fuerzas, el Melilla ostentó el coraje de buscar muy arriba al Madrid para intentar que se traspapelara en la salida. A diferencia de Lopetegui, que reclamaba a sus jugadores que tomaran muchos riesgos, a veces en exceso, el Madrid no tuvo inconveniente en realizar desplazamientos en largo (52, siete más que su rival). A Solari también le agrada que sus equipos inicien la jugada desde atrás, pero quiere evitar una sobreexposición comprometedora.

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