El Barcelona desaparece de la plantilla del Celta

EI Celta ya no es el equipo satélite del Barcelona en Primera. La decisión de prescindir de Juan Carlos Unzué al término de la pasada campaña marcó la ruptura definitiva con un modelo que Carlos Mouriño, culé confeso, quiso implantar en su club. El ‘ADN blaugrana’ ha desaparecido del vestuario y también en el sistema de juego. El 4-3-3, dibujo táctico aplicado en todas las categorías celestes, ha dejado paso en el primer equipo a un esquema con cinco defensas.

Desde la llegada de Luis Enrique al banquillo de Balaídos en el verano del 2013, el vestuario celeste contó durante cinco años consecutivos con jugadores formados en La Masía. Junto al técnico asturiano desembarcaron Fontàs, Nolito y Rafinha. El brasileño regresó al Barcelona a la temporada siguiente y el camino a la inversa siguieron Sergi Gómez y Carles Planas.

La cuota de cuatro ex del Barcelona se mantuvo en la 2015-2016, una campaña en la que los dos clubes llegaron a romper relaciones. Mouriño se enfadó con la entidad catalana por llevarse al infantil Anwar Mediero y por intentar el fichaje de Nolito en el mercado de invierno.

Con la marcha del andaluz meses más tarde rumbo a Manchester empezó a reducirse la presencia culé. Al año siguiente el Celta no renovó a Planas y este verano abrió la puerta a Fontàs y Sergi Gómez.

Aunque el cuadro olívico se ha quedado sin jugadores moldeados en las categorías inferiores del Barcelona, todavía cuenta con un futbolista que vistió la camiseta blaugrana. El canterano céltico David Costas militó la pasada campaña en el Barça B como cedido.

Con su rendimiento en tierras catalanas y durante esta pretemporada se ganó una plaza en la plantilla que entrena Toni Mohamed. Sin embargo, las perspectivas a corto plazo no resultan demasiado halagüeñas para el central de Chapela, que dio el salto al primer equipo de la mano de Luis Enrique. Tras haber seguido íntegramente desde el banquillo las tres primeras jornadas de LaLiga, la recuperación del lateral izquierdo David Juncà, que en este parón ha recibido el alta médica, multiplica la competencia en defensa e incluso amenaza la presencia de Costas en las convocatorias.