Lopetegui 'copia' a Valverde
El aterrizaje del técnico madridista guarda cierto paralelismo con el del 'Txingurri' en el Barcelona: tras la alarma inicial, el pánico ahora cunde menos.
Casi más difícil que hacer realidad un sueño es que, una vez cumplido, lo que le siga esté a la altura de la expectativa. Lo vivió en sus inicios en el Barcelona Valverde, que con el paso de los meses recondujo una temporada que parecía pintada para descarriar, y le ha ocurrido también en el Madrid a Lopetegui, que anda enderezando un proyecto que se entendía viciado.
De un verano convulso al resurgir
El verano de 2017 de Valverde fue de piensa mal y acertarás. Cada supuesto negativo que pudo imaginar acabó en realidad. El principal culebrón giró en torno a Neymar, que dejó en farol los anuncios de retención de Jordi Mestre (aseguró su continuidad "al 200%") y Piqué ("se queda"), y reventó el mercado marchándose al PSG. Sin él, al 'Txingurri' no le quedó otra que la reinvención del Barça de la MSN, poca broma para un recién llegado. A la directiva le costó ayudarle, errando el tiro con Verratti, Coutinho, que llegaría en enero, o Di María, y firmando a Dembélé por un precio desorbitado y a Paulinho. Los peores presagios se confirmaron a las primeras de cambio, con un trompazo ante el eterno rival en la Supercopa de España, pero se fueron difuminando al empezar LaLiga, con dos victorias en dos jornadas antes del parón de selecciones que marcaron la pauta. Al final, el precipicio estival terminó en bache: nueve meses después, el Barça celebró el doblete Liga-Copa.
Lopetegui se puede mirar en ese espejo. Sin apenas tiempo para deshacer las maletas ya se encontró con el primer sopapo, la próxima salida de Cristiano Ronaldo, pilar troncal del Madrid de la última década. Un contratiempo así te obliga a elaborar una carta a los Reyes Magos en pleno julio, pero esa no fue una opción para Julen, que respetó la conservadora política de fichajes del club. Ocuparon más su tiempo dos sobresaltos, la rebeldía de Kovacic (el técnico pidió un recambio si se iba que nunca llegó), finalmente cedido al Chelsea, y el amago de ídem de Modric. Tan mal pintaba el asunto que ni dio para ilusionarse con Neymar o Mbappé. La solución fue apañar lo que tenía, terminando de cocinar a Vinicius en el Castilla, cediendo a Lunin al Leganés, aceptando a Odriozola y alternando a Courtois con Keylor, y agradecer el improvisado refuerzo de Mariano, el '9' que tanto pedía. Entretanto, similar a lo de Valverde en su día, se la pegó en el euroderbi de Tallin, el primer título al que optaba, pero reaccionó enlazando triunfos en Liga hasta el parón internacional. A vuelta de las selecciones, el paralelismo con el Valverde de hace un año le seguirá alumbrando el camino.