Óscar Duarte, el único perico en el escaparate del Mundial
El central del Espanyol se puede revalorizar con Costa Rica tras su curso más anodino. Su compra en 2016 por 1,15 millones ya está amortizada.
Sin contar ya a Carlos Sánchez, de vuelta a la disciplina de la Fiorentina tras cinco meses de cesión, la esperanza del Espanyol en la Copa del Mundo es Óscar Duarte. El central es el único perico que participará en la cita, y lo hará partiendo como titular fijo en la selección de Costa Rica, por lo que todo apunta a que se revalorizará tras su temporada más discreta desde que llegó a Cornellà.
No en vano, Duarte no pudo debutar en LaLiga hasta el 17 de diciembre pasado, tras superar una grave lesión de rodilla, por lo que le costó entrar en las alineaciones y únicamente acumuló 1.156 minutos en competiciones oficiales. Una mácula que no tiene nada que ver con su andadura en el combinado ‘tico’, donde reapareció incluso antes que en el Espanyol (concretamente, el 11 de noviembre) y con el que se encuentra preparando el Mundial desde hace dos semanas y media, cuando el club perico le concedió el permiso a una jornada para concluir LaLiga.
Cuenta por supuesto el Espanyol con su continuidad, pero también escucharía ofertas si su precio se disparara tras su paso por Rusia. De hecho, los 1,15 millones que se abonaron por su compra en enero de 2016 están más que amortizados. Ahora le toca disfrutar en el campo: Serbia, Brasil y Suiza serán sus rivales de grupo.
El Mundial de Brasil y el infortunio de Moreno
En la anterior Copa del Mundo, hace cuatro años, el Espanyol dobló su número de participantes. No fue uno, sino dos, a la espera de que un tercero, Felipe Caicedo, se uniera al club apenas unas semanas después de la cita en Brasil-14.
Por un lado, estuvo Christian Stuani, que como ahora acudió a la llamada de Uruguay. El delantero, que participó en hasta cuatro encuentros con la selección charrúa, pudo seguir una temporada más en el Espanyol, hasta que en 2015 la deuda contraída con su club de procedencia, la Reggina, estaba a punto de vencer con nefastas consecuencias, lo que obligó a traspasarlo al Middlesbrough.
Más desgraciado aún fue lo sucedido con el otro perico mundialista. Héctor Moreno contaba con varias ofertas, y el Espanyol ya contaba con un ingreso casi seguro con el que engordar su maltrecha caja fuerte, mientras el Mundial avanzaba y el central se mostraba como uno de los seguros de vida de México.
Pero en el choque de octavos de final, contra Holanda, Moreno se rompió la tibia izquierda, una grave lesión que dio al traste con su salida. Finalmente, se iría un verano más tarde al PSV Eindhoven por cinco millones de euros.