SEVILLA

Nervión espera a Ramos tras la doble batalla del año pasado

El capitán del Madrid, ex Sevilla, marcó a lo Panenka y se encaró con la grada en Copa y días después se metió un autogol en Liga.

CRISTINA QUICLERAFP

Vuelve este miércoles el Real Madrid al Sánchez Pizjuán para disputar contra el Sevilla el partido de la jornada 34 que se aplazó por la final de Copa y lo hace con el morbo de saber si  Zinedine Zidane convocará y/o hará jugar a Sergio Ramos. El defensa de Camas creció, sorprendió y dejó 27 millones en la caja del club nervionense hace casi 13 años y ha presumido siempre de su sevillismo, pero su relación con parte de la grada de Nervión es ahora mismo tormentosa.

Lo que podría ser amor devino en casi guerra durante los dos partidos consecutivos, Copa y Liga, que el Real Madrid disputó en el coliseo blanquirrojo del 12 al 16 de enero del año pasado. Todo saltó por los aires en el primero. Harto de escuchar cánticos contra él, Sergio Ramos decidió tirar y anotar 'a lo Panenka' un penalti que significaba el 3-2 y el cierre de la eliminatoria para los blancos (3-0 en la ida del Bernabéu) y luego se lo dedicó a la grada de Gol Norte, donde se encuentran los Biris, con el ya famoso gesto de las manos en las orejas.

El estadio se calentaba aún más contra el camero, que explotó en zona mixta: "El día que me entierren habrá una bandera del Sevilla. Igual no se entiende mi celebración, pero que no le he faltado el respeto a la afición del Sevilla. Solo a una parte de ella", afirmó Ramos para asegurar que le dijo a David Soria, portero nervionense, que la celebración no tenía nada que ver con él. "Aquí han recibido a Alves y Rakitic, que no han mamado el sevillismo como yo, como auténticos dioses. Pero se acuerdan de mi madre", se quejó.

"Esto es fútbol, pero yo no voy a cambiar. Me gustaría que me recibieran de otra manera. Respeto al sevillismo, no celebraré nunca un gol en este campo, pero no respeto a los que me insultan", añadió el capitán del Madrid, que cuatro días después, en Liga, prolongaba su pesadilla en Nervión con un gol en propia puerta que significaba el empate local antes de que el montenegrino Jovetic, ya en el descuento, le diera la vuelta al marcador final (2-1).

Durante el partido de Copa parte de la grada sevillista había dedicado al defensa cánticos de "Ramos, hijo de puta" y Ramos, muérete". El 22 de marzo de 2017, Competición decretaba el cierre parcial del Sánchez Pizjuán por esos insultos, pero el Sevilla recurrió la sanción. Si Zidane le convoca, el camero regresará este miércoles al lugar de la tormenta. Y entre él y la grada, o parte de ella, se jugará otro partido.

ClasificaciónPTSPGPEPP
Clasificación completa
Próximos partidos
Calendario

Lo más visto

Más noticias