La Juve se juega la vida ante el Inter y el Nápoles espera

El final de esta Serie A parece escrito por un guionista de éxito. Tras el histórico triunfo del Nápoles en Turín, esperado desde 2009, la Vecchia Signora visitará a otro de sus peores rivales, el Inter, que le espera con un San Siro lleno hasta la bandera, un calentísimo Icardi (7 goles en 10 partidos ante los bianconeri) y dos objetivos. El primero, fundamental, es seguir en la lucha por la zona Champions, ahora a un punto; el segundo, un despecho, es sacarle el séptimo scudetto consecutivo, ya en caso de empate o derrota bianconera, el domingo el Nápoles podría, tumbando a la Fiorentina, completar su remontada y hacerse con el liderato a falta de tres jornadas para el final. La fecha aumenta el morbo: hace justo 20 años tuvo lugar la infinita polémica arbitral Ronaldo-Iuliano, que a los nerazzurri le costó un título y mucho sufrimiento.

El partido ante el Inter es, quizás, el peor que le podía caer a Allegri, que además tendrá que renunciar a los lesionados De Sciglio y Chiellini (cuya temporada ya se acabó: baja muy grave). Durante esta semana los tifosi visitaron varias veces la ciudad deportiva de Vinovo, pidiendo a los jugadores que no se dejasen escapar "el scudetto más importante de todos", ya que nunca, en las precedentes seis temporadas, los turineses sintieron el aliento de un rival tan cerca hasta el final. Spalletti, en cambio, apostará en la delantera por el intocable Icardi, con Rafinha favorito para moverse a sus espaldas.

Otra broma el destino se la jugó a Sarri, que pasará la que podría ser la jornada más importante de su vida futbolística en Florencia, cerca del pueblo donde ha crecido, Figline Valdarno. Su papá es de la Fiore y la Viola no le va a hacer regalos, aunque el futuro del técnico partenopeo, como el de todos los napolitanos, depende muchísimo de lo que ocurra esta noche en San Siro. Nápoles se ha despertado más interista que nunca.