Bale: recuerdos del Allianz
Ha jugado dos veces en el estadio del Bayern, con recuerdos distintos: en 2014 brilló como cuarto centrocampista; en 2017 se lesionó y Asensio le superó con creces.
Bale vuelve al Allianz, un estadio que ha visitado dos veces y del que guarda dos recuerdos bien diferentes: un muy dulce y el otro amargo. Ganó en ambos casos, pero en una de sus visitas el galés salió reforzado como jugador de presente y futuro del Madrid; en la otra, sin embargo, acabó lesionado y cuestionado sobre si el cambio de guardia había llegado en el equipo blanco. Analizamos ambos casos.
Bayern 0 - Real Madrid 4 (Vuelta de semifinales de Champions 2013-14)
Tras el 1-0 de la ida en el Bernabéu, con el gol de Benzema dejando en nada el dominio apabullante del Bayern de Guardiola en la primera parte, el Madrid llegó a Múnich en medio de un ambiente encendido: "Van a arder hasta los árboles", tituló un medio alemán antes del partido, espoleando la remontada bávara. Durante toda la temporada la bbC, en su primera temporada, había vivido en medio de las dudas: no quedaba claro si compensaba todo lo que daba en ataque a cambio de las desatenciones que provocaban en defensa. Pero Ancelotti no dudó: alineó a Xabi Alonso, Modric y Di María en la medular y a Cristiano, Benzema y Bale arriba. Pero con una salvedad: aquel día Bale sí cumplió con su obligación de alinearse con la media en fase defensiva para formar una línea de cuatro. Y el resultado no pudo ser mejor.
Bale ayudó en todo momento a Carvajal para frenar las acometidas de Ribéry y Alaba por el flanco derecho del Madrid, además de colaborar en la salida del balón bajando mucho más de lo que acostumbra. Y además, fue vital en ataque en la que todavía es su mejor temporada de blanco (22 goles y 19 asistencias), libre de las lesiones que luego le atormentaron. Rozó el gol en una volea que se le fue alta, con Neuer fuera de sitio, provocó la falta de lo que acabaría siendo el 0-2 de Ramos (se la hizo Kroos, unos meses después su compañero) y fue pieza clave en el 0-3: recuperó el balón en la frontal, conectó con Di María y luego recibió de Benzema para conducir la contra y asistir a Cristiano en la frontal, para que el portugués marcase a placer. El encuentro acabó 0-4 y el Madrid pasó a la final de Lisboa, donde se impuso por 4-1 al Atleti en la prórroga gracias al tanto de Ramos en el 93' para empatar... y al 2-1 de Bale de cabeza. Eran tiempos felices para el galés.
Bayern 1 - Real Madrid 2 (ida de cuartos de Champions 2016-17)
El Madrid, campeón tras levantar la Undécima en Milán ante el Atleti, llegaba al Allianz con la intención de seguir avanzando rondas en Champions, camino de la Duodécima (como finalmente sucedería). Zidane, como Ancelotti antes que él, eligió a la bbC para jugar por delante de Casemiro, Kroos y Modric pese a que el galés iba de lesión en lesión, a que Benzema andaba en números flojos y a que otros jugadores (Isco, Lucas, Asensio...) pedían paso con fuerza. Bale, de nuevo por la derecha, estuvo implicado en tareas defensivas para frenar de nuevo a Ribéry y Alaba, pero en ataque no anduvo muy acertado. Apenas dejó un disparo centrado y un cabezazo en la segunda parte ante el que reaccionó Neuer con un paradón. Dejó el campo en el 59' con 1-1, dando entrada a Asensio; el balear dejó muchos más detalles que el británico en apenas media hora, entre ellos la asistencia a Cristiano para el 1-2 definitivo. Luego se sabría, además, que Bale se había lesionado muscularmente una vez más, a once días del Clásico en el Bernabéu.
Forzó para estar y Zidane, confiando en su palabra, le alineó en el once contra el Barcelona. Pero Bale duró sólo media hora y tuvo que retirarse, gastando un cambio que el Madrid echó en falta al final del partido (2-3 final con gol de Messi en el último suspiro). La recaída fue más fuerte y Bale no volvió a entrar en una lista hasta la final de la Champions en Cardiff, su ciudad natal. Pero Zidane tenía la lección aprendida: el elegido para entrar en el once fue Isco y el galés tuvo sólo unos minutos en el segundo tiempo, como Asensio. Aquella sustitución en el Allianz tuvo tintes de sucesión: desde entonces, Bale no ha dejado de bajar y el balear, de subir. Empezando por la final de Cardiff, donde hizo el cuarto gol del Madrid, el que cerró la cuenta (4-1).