El Espanyol, contra la tentación clásica de bajar los brazos

La principal y más peligrosa tentación que se cierne sobre el Espanyol, una vez Europa se ha convertido en un imposible y la permanencia es virtual, está en lo que sucederá en las nueve jornadas de Liga restantes. Lo más sensato sería marcarse un objetivo, por poco ambicioso que pueda parecer, para no dejarse ir. Éste no será otro que el ‘Top 10’ de la clasificación, que ahora marca el Celta, con cuatro puntos más que los pericos.

La bajada de brazos, o al menos puntuaciones muy bajas en el tramo final de LaLiga, es algo a lo que el Espanyol ha acostumbrado demasiado a menudo a sus aficionados en las últimas temporadas. Una dinámica que finalmente afecta al inicio de la siguiente campaña de abonados, un motivo más para acabar en alto. En la última década, el conjunto perico solo superó los diez puntos en las últimas nueve jornadas (es decir, habiendo hasta 27 aún en juego) en cuatro ocasiones. Una de ellas fue la pasada, en que ya con Quique Sánchez Flores sumaron 13: repetir esa puntuación significaría no alcanzar siquiera los 50 puntos al final de LaLiga, otro azote de antaño.

Con Sergio González, en el curso 2014-15, acumuló el Espanyol 14 puntos en este tramo. 11 fueron los de la primera campaña en Cornellà, la 2009-10. Y con 22 se lleva la palma el conjunto de Mauricio Pochettino, la temporada 2008-09, que se lanzó desde el abismo hasta una épica salvación. Los números, salvo estirón insospechado, dejarán al Espanyol en una situación similar a la de las últimas temporadas.