El Leganés sobrevive al Getafe en un derbi atascado por la nieve

Catorce años debió esperar el Coliseum para vivir un derbi de verdad. No es coletilla lo de derbi histórico. Es el orgullo de la zona sur, la parte obrera de un Madrid gigante que acumula clubes de fútbol de elite como se acumulaban churros en su Puerta del Sol. Desde Regional a Primera División se ha fraguado una rivalidad vecinal única en el mundo. Amaneció la mañana gris, rompió e nevar mediado el partido para añadir épica y eliminar fervor. Y Bordalás y Garitano en los banquillos tan fieles como siempre a sus propuestas de correr y meter pierna más que el contrario. No estaba la cosa para espectáculos.

El guion había sido escrito y el transcurso del partido lo siguió sin salirse ni un milímetro. Empezó el Getafe apretando un poco más, sin exagerar. Ejerciendo de local y pretendiendo exigir a un rival que pudiera estar despistado con el Pizjuán en el horizonte. Garitano de hecho, dio descanso a varios indiscutibles a los que confiará el miércoles el pase a la final. El arranque de Amath haciendo la vida imposible a Zaldúa fue lo mejor de ese tramo hasta que le sacó la amarilla. Otra vio Omar Ramos en una acción con Arambarri en la que no hizo ni falta, pero sirvió para calentar al fin el partido cuando en el minuto 32 se jugó la segunda por una patada a Amath. No la vio, pero Garitano le sentó en el descanso para evitarla más tarde.

Salía El Zhar para meter miedo y resultó que todos los sustos cayeron en su puerta. En cinco minutos, el Geta remató dos veces al poste y Cuellar ejerció de salvador. La primera fue de Antunes cuyo golpeo magistral en una falta directa decidió jugar con los corazones al billar. Carambola entre el palo y el portero del Leganés y balón fuera. Un minuto después Molina se topó con Cuellar, que esta vez sí quiso pararla. Y en el córner subsiguiente otra doble ocasión que acabó con el alicantino estrellando el balón en el larguero. La suerte no vestía de azul.

Se acabaron las apreturas para los pepineros, pero no el dominio getafense. Volvió a Ángel a estar cerca del gol y en general la sensación fue siempre de que a uno le valía el empate y al otro no. Y así fueron transcurriendo los minutos con sus piques imprescindibles y el Leganés pensando si molestaría a su anfitrión si tiraba a puerta. Y debutó Rémy con en la camiseta del Getafe, justo antes de que Mantovani tuviese la única oportunidad visitante. El Geta fue el único que hizo por ganar. Los postes del Coliseum los trajo Cuellar.