Las distancias son una mentira. El fútbol las desmitifica y ridiculiza. Tonterías de la física que la pasión no entiende. Un ejemplo: Rochester (EE UU) y el Balneario de la Paloma (Uruguay) están separados por 8.983 kilómetros. Parece lejos. Mentira. No al menos para los corazones de Eduardo Aguilera y Hernán Montoro. Los dos sentirán hoy sus emociones latir bien cerca las unas de las del otro. Y el epicentro de su entusiasmo también estará alejado. En Butarque, para ser exactos. Los dos son pepineros exiliados. Amantes de un Leganés del que hacen bandera allá donde pisan.
El primero, Eduardo, fue vicepresidente del club en sus tiempos recientes de Segunda B. Hace tres años, la empresa donde trabaja su mujer, Rocío, le ofreció la posibilidad de asentarse en Rochester, cerca de Canadá. Aceptaron. En la maleta metieron dos camisetas del Leganés. Se las enfundan en cada partido. "Casi siempre los veo en casa, pero alguna vez me escapo al Itacate. Es un restaurante mexicano. Su dueño, José, es futbolero y madridista. Como muchos compañeros de mi mujer. Estos días están asustados y dice que les podemos meter mano", relata Eduardo desde el paisaje nevado en el que se convierte Rochester estos días.
Hernán Montoro comparte vaticinio, pero sin botas, guantes o bufanda. Él contesta en chanclas y bañador. “¡Claro que les podemos tumbar!”, se excita. Encontrarle en su retiro ha sido más difícil que dar con Eduardo. Sudamérica disfruta del verano austral. Es tiempo de relax para este bonaerense famoso por aficionarse al Leganés gracias al PC Fútbol, un videojuego de los 90. Desde hace 16 años sigue a los pepineros con pasión. Tanta, que en 2016 viajó 10.000 km para el ascenso a Primera. Hoy tendrá más complicado ver el partido que entonces. "Me meteré en el coche con el portátil y daré vueltas hasta que encuentre una Wifi de algún hotel para conectarme. Me tostaré a 35ºC, pero yo no me pierdo este partido", cuenta en una nota de audio vía WhatsApp desde la playa, enfundado en una camiseta de su peña, Los Pibes, la única oficial del Lega en el extranjero, aunque no el único reducto foráneo de una pasión que hoy sueña con la machada de punta a punta de América. Unos 8.983 kilómetros de nada.
El sueño copero del Leganés se vive también en el exilio
La bandera del Leganés ondea en una playa de Brasil cuando fue destino vacacional del argentino Hernán Montoro.
Foto:Hernán Montoro
Edu Aguilera, con la camiseta del Leganés en las Cataratas del Niágara en una fotografía tomada ayer miércoles, 17 de enero.
Foto:Edu Aguilera
Eduardo Aguilera en el campo de los Rhinos de Rochester, el equipo de la ciudad del Estado de Nueva York.
Foto:Edu Aguilera
Eduardo Aguilera besando el escudo del Leganés en el campo de los Rhinos de Rochester.
Foto:Edu Aguilera
Eduardo Aguilera, en el 'downtown' de Rochester.
Foto:Edu Aguilera
El argentino Hernán Montoto, ayer miércoles 17 de enero en la Playa de La Paloma, en Uruguay, donde esta pasando sus vacaciones del verano austral.