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LEGANÉS

El hincha argentino que hará 10.033 km para ver subir al Lega

El ‘PC Fútbol’ le hizo pepinero en la década de los 90. Incondicional de los blanquiazules, viajará a los últimos cuatro partidos en los que espera ver el ascenso.

Leganés
Hernán Montoro, aficionado argentino del Leganés, en La Bombonera.

Dice el tango que 20 años no es nada. Y puestos a relativizar, tampoco deben ser demasiados 10.033,81 kilómetros. Ésa es la distancia que separa Buenos Aires, capital de Argentina, de Leganés, capital del sentimiento que un ‘loco’ bonaerense profesa desde hace más de una década como si de una religión se tratase. Hernán Montoro es su nombre y, a sus 37 años, el próximo 20 de mayo viajará desde su tierra a Madrid para hacer realidad un sueño: ver los últimos cuatro partidos de la temporada del Leganés, ésos en los que, espera, el equipo pepinero alcance la gloria de la Primera División.

Sí, Hernán es argentino, nacido en Argentina y residente en Argentina, pero una extraña mutación del alma tiñó su sangre de albiceleste a blanquiazul con tintes xeneixes (es socio de Boca Juniors casi desde que aprendió a respirar).

Este proceso de transformación se inició a mediados de los 90 gracias al PC Fútbol, aquel añorado videojuego en el que uno podía sentirse mánager de cualquier escuadra. Hernán decidió que la suya sería el Leganés y, gracias a Internet, contactó con aficionados locales que incentivaron su pasión.

“Así que puedo decir que soy del Lega hace más de 20 años. Y del Lega voy a seguir siendo más allá de nacionalidades, presidentes, jugadores, etc. Lo de la era de los argentinos fue un mal trago que espero no se vuelva a repetir”, comenta en referencia a aquella temporada, la 2003-2004, en la que un empresario argentino, Daniel Grinbank, compró el Lega tras su segunda permanencia administrativa en Segunda.

Grinbank apenas duró medio año en Butarque y se marchó dejando al equipo al borde de una crisis que lo mandó directo al hoyo de Segunda B. Hernán vivió aquello en directo. Fue una de las experiencias que ha experimentado in situ después de viajar cuatro veces a España, trayectos en los que no sólo ha sufrido tristezas, sino también alegrías, como la del retorno a la categoría de plata, en Hospitalet, hace dos años. Un trayecto casi le estropea la posibilidad de seguir a su selección en el Mundial de Brasil.

“El problema surgió cuando mi hermano me dijo que consiguió entradas para el Mundial. Tenía que decidir entre el Lega o la Copa del Mundo. Por suerte pude pedir adelantado unos días de vacaciones y me fui a ver al Lega subir y, después, viajar a Brasil con mi camiseta y bandera pepinera”, nos cuenta desde Villa Pueyrredón, su barrio en Buenos Aires.

Ahora, dos años después de quitarse la espina del descenso a Segunda B (también lo contempló en directo) retorna cargado de fe y nervios. “Cuando supe que había posibilidades de subir a Primera, el corazón no me dejó hacer otra cosa que no fuera comprar los billetes. Todavía tengo muchas cosas bonitas por escribir con el Club Deportivo Leganés”, concluye.

Una fiesta en su honor

El sábado 21, desde las 14:30, en la previa del Leganés-Huesca, los aficionados que lo deseen podrán darle la bienvenida en el Saloon El Paso, sede de la Federación de Peñas, impulsora de un ‘quilombo’ que cuenta con Mantovani como ‘padrino’. La relación entre el capitán (también argentino) y Hernán es especial. “Me lo presentaron en Hospitalet el día del ascenso a Segunda. Sólo hablamos cinco minutos. Cuando terminó el partido, yo estaba festejando en el césped y entre la multitud alguien me tiró del pelo. Era él. Me abrazó con cariño. Fue un gesto hermoso lo enaltece”, desvela Hernán.