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LEGANÉS

Miembros del Lega habrían sido agredidos en el túnel del Ciutat

Testigos de la bronca aseguran que varios pepineros volvieron a Madrid con arañazos y golpes. Voces autorizadas del club creen que se debió haber denunciado a la Policía in situ.

Tangana entre los jugadores del Levante y el Leganés.
David GonzálezDIARIO AS

Todo sucedió muy rápido. Fue confuso. Bronco. Y participó mucha gente. Algunos, supuestamente miembros de la directiva local. Así es como describen testigos del Leganés la trifulca que ayer tuvo lugar en el túnel de vestuarios del Ciutat de Valencia al término del partido que jugaron los pepineros contra el Levante y que acabó con una supuesta agresión de Nordim Amrabat a David Caballero, enfermero de los granotas. No fue la única persona presente en el embrollo que habría sido golpeada en medio del lío.

Integrantes de la expedición madrileña también retornaron a Madrid con arañazos y contusiones en el cuerpo, relatan desde Butarque. Por todo esto, voces autorizadas dentro del club blanquiazul creen que anoche mismo se debería haber cursado denuncia, in situ, ante la Policía por lo acaecido, al igual que seguramente Caballero, el enfermero, denuncie a Amrabat por el golpe que recibió.

 Un golpe que en el Leganés, off the record, no niegan que existiera, pero que afirman que fue la reacción de Amrabat a la provocación del propio Caballero. Atestiguan que el enfermero del Levante estaba increpando con muy malos modos a Carlos Carballo, segundo fisioterapeuta del Lega, para que se metiera en el vestuario visitante. Caballero, según esta versión de los hechos, salió de la sala antidoping, situada junto al cambiador de los madrileños, y en la misma puerta de acceso, increpó en varias ocasiones a Carballo. Amrabat, al ver lo que estaba pasando, se calentó y actuó.

 Antes, jugadores e integrantes del cuerpo técnico del Levante habrían elevado la temperatura increpado en el túnel de vestuarios al árbitro, Santiago Jaime Latre, cuando acabó el partido. Presentes en la escena había unas quince personas vestidas de calle. Uno de esos testigos, cuentan las fuentes del Leganés consultadas por AS, era el presidente levantinista, Francisco Catalán.

 Alguna de esas personas vestidas de calle habría participado en la bronca, pero en el Leganés no logran identificar de quién se trataba. Una de las obsesiones de los levantinistas en medio del follón era que los jugadores del Leganés se metieran en su vestuario y lo reclamaron invadiendo el túnel visitante, algo que enfadó mucho a los pepineros. Fue ahí cuando se vivieron los momentos de mayor tensión, con unas cuarenta personas implicadas, entre unos y otros. En ese instante se produjeron las agresiones. Finalmente tuvo que ser la Policía Nacional la que pusiera paz

 Lo sucedido fue, dicen desde el Leganés, consecuencia de una noche cargada de tirantez que fue calentándose según avanzaron los minutos del partido, según se fueron acumulando pequeños roces con el árbitro y reproches cruzados entre uno y otro banquillo por las protestas que cada equipo dedicaba al trencilla.