El Sevilla de la fe, el que es capaz de levantar un 0-3 contra el Liverpool y un 2-0 del Villarreal , el que consigue ser un ejemplo de voluntad para el propio Berizzo, también tiene su conflicto. Se llama Steven Nzonzi, que se ha salido del carril de comportamiento que marcan Berizzo y su ayudante, Marcucci. De momento sigue fuera de la lista. Basta recordar cómo acabó el último órdago que le echaron a ese cuerpo técnico: Orellana salió en zeppelin de Vigo. Mientras el Sevilla viene lanzado con tres victorias en los últimos cuatro partidos pero con el caso Nzonzi abierto, el Deportivo llega eliminado de la Copa pero con la satisfacción de haber cerrado el episodio entre Arribas y Andone. Su enganchada a principios de semana ya es historia y los dos jugadores, aunque insatisfechos con sus pocos minutos, han sido incluidos en la lista por Cristóbal, que quiere normalizar la situación.
Hasta ahí, el todo menos fútbol. En el césped, los dos equipos están con mejores sensaciones (sigue el partido en directo en As.com). Cuando más se dudaba de él, el Sevilla se ha instalado en una buena onda y recupera jugadores como Correa. A las dudas de Muriel responde un Ben Yedder goleador y al bajo momento de Navas, intentos de Nolito por recuperar el nivel y del Mudo por remar al lado de Banega. El Depor viene de quedar eliminado pero también de rejuvenecer. El 4-3-3 de Cristóbal encaja y el equipo ha recuperado intensidad. Lucas Pérez está más ligero y es un futbolista que marca la diferencia. Adrián y Cartabia dan lustre a las bandas. Donde sufre el Depor es atrás. Schär y Sidnei tienen más alma de delanteros que de defensas. Para eso, la sobriedad de Navarro. 402 partidos en Primera. Tremenda cifra.