Danilo se une a los 'señalados' por el Bernabéu: Spasic, Bizzarri...
Desde su llegada, el brasileño ha sido abucheado en numerosas ocasiones por el madridismo y se une una larga lista de jugadores que nunca fueron bien vistos en Chamartín.
Real Madrid - Málaga en directo
Hay jugadores que caen de pie en el Bernabéu y otros que se tropiezan al entrar por la puerta. Danilo forma parte de este segundo grupo. Desde su llegada al Madrid, el lateral brasileño siempre ha sido muy cuestionado y se le ha abucheado en numerosas ocasiones. Es cierto que el madridismo es una afición exigente y ha pitado ha jugadores de talla mundial, desde Butragueño a Cristiano pasando por Zidane, Ronaldo, Casillas... pero todos ellos han regalado grandes tardes de fútbol al Bernabéu y han ofrecido mucho más de lo que se les ha exigido. Sin embargo, Danilo corre el riesgo de entrar en una lista de jugadores que nunca hicieron buenas migas con el publico blanco y que acabaron por desesperar a toda la afición solo por participar en el juego. Secretario, Spasic, Iván Campo y Bizarri, entre otros, forman parte de ese grupo de futbolistas que salieron por la puerta de atrás con más pena que gloria tras su mala relación con el madridismo. Estos son seis de los jugadores más señalados por la afición blanca:
Spasic
Llegó como fichaje estrella tras el Mundial de Italia 1990 en el que el central yugoslavo tuvo un gran papel, incluido un marcaje estelar a Butragueño en un partido contra España. El Madrid pagó 200 millones de pesetas al Partizán de Belgrado y el central de 25 años -por aspecto aparentaba 40- vino con aires de prepotencia. "Si el entrenador me pide que marque alguien, le arresto y no toca el balón", dijo en su presentación.
Jugó solamente 22 partidos con el Madrid que lo vendió al Osasuna al finalizar su primera y única temporada con la camiseta blanca. Un gol en propia puerta ante el Barcelona lo sentenció ante el madridismo que acabó pidiendo a gritos su salida. Tras esta, llegó a decir "Forza Barça", como muestra del rencor que dejó su mala relación con el Bernabéu. Terminó jugando en el Marbella.
Secretario
Muchos comparan su caso con el de Danilo. Jugaba de lateral derecho en el Oporto, donde había jugado grandes partidos, y con su fichaje, el Madrid parecía cubrir con garantías el puesto para los próximos años. Sin embargo, Capello, que había llegado el mismo año que el lateral portugués, nunca confió en Secretario y esa desconfianza se transmitió a todo el madridismo.
No duró ni una temporada. Apenas jugó 10 partidos y en el mercado de invierno volvió al Oporto. "La prensa la tomó conmigo desde que llegué y la afición adoptó sus tesis para ir contra mí. Todo el mundo ha sido muy duro conmigo", dijo tras su marcha.
Bizzarri
Aunque el portero mostrara un nivel pésimo en el Madrid, el argentino se convirtió sin querer en uno de los actores secundarios más importantes de la historia reciente del club blanco. Gracias a él y a sus actuaciones, Vicente del Bosque tuvo que tirar en la 99/2000 del portero del Real Madrid B, un jovencísimo Iker Casillas, que con solo 19 años se hizo con la titularidad de la portería blanca.
Bizzarri jugó solo 12 partidos en los que encajó 17 goles, algunos causados por cantadas clamorosas. En su último partido con el Madrid, ante el Zaragoza, encajó cinco goles en el Barnabéu, lo que supuso una sonora pitada del Bernabéu que los señaló como causante de la derrota. Al terminar la temporada se marchó al Real Valladolid.
Iván Campo
Lorenzo Sanz fichó a Iván Campo después de que este hiciera una gran campaña en el Mallorca de Héctor Cúper y acabara jugando de titular con la Selección en el Mundial del 98. Aunque en números, su balance con el Madrid no fuera del todo malo (jugó 95 partidos en tres años en los que conquistó dos Champions League), la presión del Bernabéu le sobrepasó hasta tal punto que llegó a darle una crisis de ansiedad en octubre de 2001, por la que estuvo de baja dos meses.
A la afición blanca se le congelaba el corazón cada vez que Iván Campo participaba en el juego. Tras innumerables abucheos, en el verano de 2002 el central mallorquín hizo las maletas y se marchó al Bolton, donde se convirtió en un ídolo local y pudo volver a disfrutar de buenos años de fútbol.
Emerson
El mediocentro brasileño estaba consagrado como uno de los mejores pivotes del mundo tras hacer grandes temporadas en el Roma y en la Juventus, con las que ganó muchos títulos en Italia, y en la selección brasileña, con la que se proclamó campeón del mundo en 2002 (aunque no pudo jugar ningún partido por lesión). Capello le dijo a Calderón que lo fichara porque con él y con Diarra en el medio, "el Madrid apenas va a perder cinco partidos en todo el año".
Con esa fórmula del doble pivote, el Madrid jugaba fatal y los resultados no le acompañaban. El Bernabéu se hartó del mal juego y señaló al brasileño como uno de los principales culpables. Su salida del once coincidió con la remontada del Madrid en la liga, que terminó ganado en la última jornada. Tras la conquista de la liga del "Clavo Ardiendo", salió por la puerta de atrás al Milán.
Anelka
"Es una locura, pero es una locura encantadora". Esas fueron las palabras de Lorenzo Sanz en la presentación de Anelka, que se había convertido en el fichaje más caro de la historia de la liga (33 millones de euros). El delantero francés venía de hacer una gran temporada con el Arsenal y se esperaba muchísimo de él. No marcó su primer gol oficial hasta diciembre (antes solo había marcado un gol en un partido contra la droga) y la afición blanca estalló contra él en favor de Morientes.
Del Bosque llegó a castigarle 45 días por negarse a entrenar. El francés aparecía más en los medios por sus salidas de tono y por todo lo que generaba fuera del campo que por su juego. Aunque maquilló su mala temporada marcando goles decisivos en las semifinales de Champions ante el Bayern, el madridismo no olvidó el año del delantero y al terminar la temporada, y con la llegada de Florentino Pérez a la presidencia, el Madrid se deshizo de la locura encantadora de Lorenzo Sanz, que se marchó al PSG por la misma cantidad por la que llegó al Madrid.