La situación de Voro se definirá tras el partido ante Osasuna

Osasuna-Valencia en directo

Salvador González Voro se reunió ayer con Layhoon Chan. La cita fue en Paterna y sin la presencia de García Pitarch, que a primera hora cogió un vuelo a Milán en busca de un fichaje con el que reforzar el equipo y calmar las aguas. La situación de indefinición en el cargo de entrenador de Voro es una muestra más de las lagunas en la gestión del Valencia. Y de ello quiso hablar con la presidenta el entrenador con contrato de delegado.

Voro ni está ahora de manera interina como lo estuvo tras la destitución de Ayestarán ni tampoco nadie del club ha dicho públicamente que vaya a ser el entrenador hasta final de temporada tras el adiós de Prandelli. Se confía en Voro, aunque se espera también a ver qué pasa contra Osasuna el lunes en Pamplona antes de cerrar la puerta a la contratación de otro entrenador.

El Valencia sigue sin inscribirle oficialmente como su entrenador en la RFEF. Tras la salida de Prandelli, el club tiene hasta el 13 de enero para contratar otro, tal como marca el artículo 160 del reglamento (“Si se produjera la vacante del entrenador una vez comenzada la competición, el club estará obligado a contratar otro, debidamente titulado para la categoría en que milite, en un plazo máximo de dos semanas”). A Voro, obviamente, debería el club modificarle el contrato en el caso de que él fuera finalmente el elegido hasta el final de Liga o hasta que los resultados dijeran lo contrario.

Voro, a diferencia de las cuatro anteriores ocasiones, ha dado un paso al frente y su voluntad es la de asumir el reto. En 2008, por ejemplo, cuando sustituyó a Koeman a falta de seis jornadas, recalcó al Consejo de Administración de entonces (Agustín Morera era el presidente) que aceptaba el cargo sólo hasta final de Liga y asegurándose antes que en verano regresaría, pasara lo que pasara, a su cargo de delegado. Pero su discurso hoy es otro.

“Tengo las espaldas anchas y confío en mi capacidad”, dijo el martes. Voro, eso sí, entiende que el club le debe dar galones de entrenador a todos los efectos (con voz y voto en la planificación del mercado de enero) y no sólo palmaditas en la espalda por los servicios prestados como hombre de club. En El Sadar Voro volverá a sentarse en el banquillo, aunque en el club se barajan diferentes alternativas según qué pase el lunes.