366 HISTORIAS DEL FÚTBOL MUNDIAL | 31 DE DICIEMBRE

El Cosmos no paga y se disuelve la NASL (1984)

En la segunda mitad de los setenta el fútbol profesional había hecho un gran intento por asaltar Estados Unidos con la creación de la NASL, la North American Soccer League. El gran impulsor había sido la gran compañía de entretenimiento y comunicación Warner Brothers, en cuyo seno creó el Cosmos, el equipo en el que se enroló Pelé. La llegada de este provocó una verdadera inflamación de interés colectivo. Durante los tres años que permaneció en el equipo, las asistencias medias al Giant Stadium fueron de 40 000 personas, en ocasiones de 70 000. Tras Pelé fueron llegando a Estados Unidos (y a Canadá, que jugaba la misma liga) otras grandes figuras del fútbol europeo o suramericano, a consumir allí el final de sus carreras, singularmente Cruyff, Beckenbauer, Müller, Carlos Alberto y Chinaglia. También algún español, como Velázquez, el cerebro del Madrid, que se retiró en Toronto. Pero la retirada de Pelé demostró que todo dependía de él.

Porque las asistencias y el interés decrecieron rápidamente. El esfuerzo del Cosmos por mantenerse en cabeza, con fichajes importantes, fue, irónicamente, contraproducente. El Cosmos, ya sin Pelé, ganó los campeonatos de 1978, 1980 y 1982. Ese dominio casi aplastante no es del agrado del público norteamericano, que prefiere más rotación en los ganadores, como ocurre generalmente en las ligas de béisbol, hockey sobre hielo o baloncesto, así que la fuerza del Cosmos fue en detrimento de sus propias taquillas y de las de los rivales. Es lo que los economistas del deporte conocen como «la paradoja de Joe Louis». Joe Louis quiere ser el mejor y debe intentarlo, pero necesita un Max Baer que compita contra él con reales posibilidades de éxito para rentabilizar su habilidad.

Así las cosas, el Cosmos intentó convencer a Pelé para un regreso en 1984, cuando el campeonato ya languidecía. Pelé, empleado de la Warner todavía como figura para lanzar sus productos en el mercado mundial, fue presionado para ello, pero tras algunas dudas no aceptó. Para entonces había pasado ya los cuarenta años y llevaba siete sin jugar. Y el final se precipitó. Ante el comienzo de la temporada de 1985, los clubes tenían de límite el último día de 1984 para entregar la fianza obligada para la inscripción. Todo el mundo estaba pendiente del Cosmos. Los dirigentes de la Warner estaban cansados de perder tanto dinero en un negocio que no era el suyo, y que maldita la gracia que les hacía sin Pelé. Así que cuando se cumplió el cambio de año, el Cosmos no había depositado la fianza. Solo tres clubes lo habían hecho. Aquello significó el fin de la NASL, la muerte del sueño americano, como titularon algunos. La NASL empleó las primeras semanas del año en liquidar, y para el 28 de marzo cerró las oficinas.

El Cosmos sobrevivió aún algún tiempo, en el que jugó unos pocos amistosos. El 13 de junio fue el último de ellos, ante el Lazio, el equipo de Chinaglia. Ese fue su último partido. De aquella siembra sí quedó una seria implantación del fútbol en Estados Unidos como deporte de práctica escolar, aspecto en el que es muy valorado. Tiene un número muy alto de practicantes. Y de nuevo hay liga profesional, llamada ahora Major League Soccer, aunque apenas tiene seguimiento. Está muy por detrás de los deportes clásicos norteamericanos.

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