El Espanyol de Quique, una garantía a domicilio

El Espanyol de Quique Sánchez Flores navega entre dos aguas a distintas temperaturas. Si el arranque del conjunto perico en Cornellà-El Prat es el peor de la historia en casa —nunca el equipo había estado sin ganar los seis primeros encuentros ligueros—, la cara se vive a domicilio. Con ocho de los 15 puntos disputados, desde la temporada 2007-08 no se había conseguido una cantidad tan importante de puntos y el perico tendría que remontarse a la campaña 2004-05, la de Miguel Ángel Lotina en el banquillo, para encontrar un rendimiento mejor en los primeros cinco encuentros de Liga: logró nueve.

En lo que se lleva de campeonato, el Espanyol perdió únicamente ante el Sevilla en la primera jornada (6-4) y luego ha sabido mantener el pulso en campos difíciles como Las Palmas (0-0) o San Sebastián (1-1) y dar el golpe encima de la mesa ante Betis (0-1) y Osasuna (1-2). Los blanquiazules han marcado los mismos goles (8) que han recibido (8), prueba de que su modelo de juego se adapta mejor a las particularidades de competir a domicilio: repliegue y contraataque.

De ganar este domingo al Alavés en Vitoria (12:00), el Espanyol superaría al Espanyol de Valverde y al de Lotina, y de afianzarse en casa lograría darle un empujón al curso.

Temporadas pasadas. En la época de Cornellà-El Prat (desde la temporada 2009-10) el rendimiento del Espanyol a domicilio ha dejado bastante que desear en muchas temporadas y ha estado muy por debajo del nivel mostrado por el equipo. La temporada más reveladora fue curiosamente la de la inauguración. Fue un Espanyol de dos caras. El equipo de Mauricio Pochettino consiguió únicamente once puntos en toda la competición, con dos victorias y cinco empates, además de marcar solo nueve tantos, un más de los que lleva ya el equipo de Quique en cinco partidos. Si en la época de Pochettino la distancia de rendimiento entre el equipo que se veía en el RCDE Stadium y el de fuera era sideral, con Javier Aguirre se redujo.