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YOUTH LEAGUE | ATLETI 1 - ROSTOV 0

Giovanni derriba el muro ruso

Marcó el gol para el Juvenil del Atlético al que le costó 71 minutos encontrarle un agujero a la defensa del Rostov.

Giovanni derriba el muro ruso
@Atleti

Le costó al juvenil del Atleti más de lo previsto ganarle al Rostov en el Cerro. Los rusos plantaron un muro en la ciudad deportiva rojiblanca. Al Atleti le costó 71’ minutos encontrarle un agujero, pero ya son segundos, superando al Bayern, que ahora se mide al líder, el PSV.

Los primeros aplausos del Cerro se escucharon a las 12:09, minuto 9 de partido, balón de Rubén Fernàndez al palo. Cinco minutos después, Yael arrancaba un ‘uy’ de la grada, con un córner que casi termina en la red de Goshev. El partido se jugaba en el campo del Rostov. Había salido el juvenil del equipo ruso como saldrán los mayores, con cinco defensas y a defender, poblar el campo, espesar el juego.

Intentaba abrirlo Solano, con sus desmarques por la derecha, desde atrás, con el balón cosido a la bota para buscar la red de la portería rusa. O de Juan Moreno, el chico que deslumbró en la pretemporada de los mayores en Australia. El campo estaba lleno de trampas amarillas que hablaba ruso y tapaban todos los huecos, todos los resquicios. El Atlético amasaba y amasaba, buscando su momento, buscando los huecos por las bandas, con centros al área, pero el Rostov, inferior en todo, aquí repelía con rigor militar, todos colocadísimos atrás, como si vivieran en el área pequeña de su portero.

En la grada comenzaba un runrún. “Es que hay mucha gente ahí”. “Es que tienen que buscar la ocasión por el centro”. “Es que tiene que ser un córner”. Y así iban pasando los minutos. 27 ya. Y el marcador aún 0-0. El Atleti era superior pero no podía. El Rostov consciente de sus limitaciones, aguantaba pero nada más. Así se fue el partido al descanso. Con el Atleti encimando la portería del Rostov. Cuando el reloj rondaba el 45’ Juan Moreno obligó al portero a ruso a atajar un balón con una palomita y Ródenas acariciaba el gol con un disparo cruzado que fue a la cruceta. El sonido de la madera se mezcló con el del silbato del árbitro. Descanso.

La segunda parte comenzó con un uy. Centro de Solano por la derecha, carrera de Juan Moreno, desmarque y pase a Schiappacasse, que no logra rematar. El partido estaba en el mismo lugar donde se había quedado en la primera parte. El Rostov plantado con una línea de cinco defensas ante su portero y el Atleti intentando sobrepasarla con cinco hombres ante aquellos cinco, buscando la oportunidad por las bandas, sin gente en el centro, sin un jugador de regate que estallara la pizarra rusa. Un jugador como Toni Moya, internacional Sub-19, con buen manejo de las dos piernas, y desmarque. Salió en el 62’. Fue el primer cambio del Atlético. Manuel Cano quitaba al lateral izquierdo, Lalo, para meter al mediocentro.

El partido comenzó a abrirse, el Atleti, a buscar la oportunidad también por el centro, hasta entonces inhabitado. Pero el cambio también había provocado un desajuste rojiblanco atrás. Sólo tres defensas. El Rostov se animó, por primera vez trenzó dos jugadas de ataque que acabaron en el área de Álex. No acabaron en ocasiones, pero sí en balones a la espalda de la defensa rojiblanca que acabaron en dos amarillas para los jugadores del Atleti (Solano, Schippacasse).

Entonces Manuel Cano llamaba a Giovanni, que estaba en la banda, calentando. El speaker aún estaba anunciado su cambio por megafonía cuando el futbolista ya lograba el gol. Al fin. El muro ruso había caído. Fue un barullo en el área. Un centro desde la derecha de Solano. Nadie que despeja y Giovanni que mete la bota y alcanza la red. La grada del Cerro respiró y comenzó a aplaudir los detalles de calidad que sus futbolistas dejaban sobre la hierba, como una carrera de 30 metros de Solano, con tres quiebros para esquivar a los rivales rusos que le iban saliendo incluidos, y otra de Schiappacase, que igual, lleno de velocidad, descaro y regate, que acabó despejado por un defensa ruso pero que también arrancó el aplauso del Cerro y la aparición del técnico ruso, Gamula, de su banquillo, salió como una exhalación, gritó cuatro frases en ruso y volvió a ordenar a sus futbolistas sobre el césped con rigor militar.

El 1-0 llevó el partido a los nervios de los últimos minutos. El Rostov no atacaba con peligro, pero sí se acercó al área de Alex más veces que en el resto de los 87’ restantes. Buscaban el susto. El empate. Ya de libre directo o con un balón al área que no terminó ni en chut. A punto estuvo Juan Moreno de hacer el 2-0 cuando el reloj ya estaba instalado en el 90’, con una jugada en la que se fue en velocidad y disparó a matar al portero ruso, obligándole a hacer la mejor parada de la mañana. Un minuto después, el árbitro pitaba el final. Costó, más de lo esperado, incluso, pero al final el objetivo se cumplió. Victoria y tres puntos más, ya son siete, el Atlético, lo dicho, es segundo y supera al Bayern la tabla (6) que a las 14:00 se mide ante el líder, el PSV.