HISTORIAS DEL FÚTBOL | 29 DE OCTUBRE

Raúl debuta y falla tres goles (1994)

Después de arrebatarle dos ligas en la última jornada como entrenador del Tenerife y de eliminarle una vez de la Copa, Valdano hizo una declaración que caló...

Alavés-Real Madrid en directo

Después de arrebatarle dos ligas en la última jornada como entrenador del Tenerife y de eliminarle una vez de la Copa, Valdano hizo una declaración que caló: «Algún día le podré devolver al Madrid lo que le he quitado». Se entendió como una llamada a ser contratado por el club, y, en efecto, con los años sería contratado para entrenarlo. Fue al comienzo de la temporada 1994-1995. Tras cinco ligas consecutivas de la Quinta del Buitre, se habían producido cuatro también consecutivas del dream team, y Valdano fue fichado para remediar eso. Y también, posiblemente, para ir dando salida a Butragueño, el gran ídolo del club en los años anteriores. La posibilidad de esto último pasaba por Raúl, un delantero formado en principio en la cantera del Atlético y pasado a la del Madrid cuando Gil la cerró.

Raúl estaba entonces en el equipo de Tercera División, pero Valdano lo probó en un par de amistosos, uno en Oviedo y el otro en Kaiserslautern, que el club tenía concertados con Telecinco para ayudarse en el pago del jugador Dubovsky, adquirido un año antes al Slovan de Bratislava. Raúl gustó en los dos partidos, pero no se dio a su presencia en ambos más importancia que la de la prueba de un canterano entre los mayores, tan usual en partidos así, para dar descanso a la primera plantilla y sin mayores pretensiones. Por eso sorprendió que Valdano le incluyera en la lista de convocados para un partido serio, el desplazamiento de liga al campo del Zaragoza, nada menos. Raúl, que entonces vivía en una modestísima casa de la Colonia Marconi, en las afueras de Madrid, se vio sorprendido por la convocatoria y se hizo repentinamente popular. Fue titular, dejando a Butragueño en el banquillo, y al primer minuto regateó a Cedrún aprovechando un buen pase de Míchel, pero tiró fuera, a puerta vacía. En el resto del partido se movería bien, le daría un gol a Zamorano, pero fallaría otras dos oportunidades clamorosas. Al final, el Madrid perdió 3-2. Valdano recibió fuertes críticas por haber alineado a un jugador de solo diecisiete años, de un equipo de Tercera, al que se suponía que los nervios le habían podido, y de ahí esas tres clamorosas ocasiones falladas.

Pero Valdano decidió doblar la apuesta, y lo repitió el domingo siguiente, nada menos que en el derbi ante el Atlético, en el Bernabéu. Tras una semana de críticas y desconfianzas, someter al juicio del Bernabéu a este jugador, procedente además del Atlético, lo que aumentaría su presión, pareció a algunos temerario. Pero Valdano había advertido que el jugador tenía una seguridad infinita en sus posibilidades, y una tremenda hambre de triunfo. Así que le repitió en la alineación inicial. Raúl jugó muy bien y marcó en el minuto 36 un golazo, en perfecto empalme de un remate a la escuadra. El Madrid ganó 4-2 y Valdano ya tenía lo que quería: un nuevo ídolo de la cantera, con el que sustituir, en el campo y en el papel de símbolo, a Emilio Butragueño. Este pasó elegantemente a un segundo plano y al final de la temporada se fue al Puebla. A la edición de este libro, Raúl lleva dieciséis años en el Real Madrid, tiene el récord de partidos jugados con el Madrid, y de goles marcados para el club, así como el de goles con la selección nacional, y ha ganado, entre muchos otros títulos, tres copas de Europa. Aquello se probó que fue un acierto.

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