Pep Claramunt: "El Valencia tenía 'fichado' a Cristiano Ronaldo"
Abril de 2003. Paco Roig, entonces candidato a la presidencia del club de Mestalla, llega a un acuerdo con Jorge Mendes por Cristiano.
Cuenta Pep Claramunt: "A mí se me iluminó la cara”. También a Eduardo Maciá. “No era para menos”, relata, recuerda, revive. “Nos había impresionado, como pocas veces, un jugador, y cuando preguntamos a su agente por su situación, nos desveló que el Valencia tenía una opción de compra”. Ese futbolista era Cristiano Ronaldo.
Corría el mes de abril de 2003. Ambos eran técnicos-ojeadores del Valencia y tomaban nota de las jóvenes promesas que participaban en el torneo de Toulon, una competición entre categorías inferiores de selecciones y marcada en rojo en el calendario de los cazatalentos. Ésa fue la edición que ganó la Portugal de Cristiano Ronaldo, quien con sólo 17 años ya “demostraba en cada acción que tenía don como para ser un día el mejor futbolista del mundo”.
Le vieron ante Brasil y Grecia. “Desde el primer instante sabíamos que era apostar a caballo ganador”. Claramunt y Maciá comenzaron a indagar sobre la situación contractual de un chaval que esa misma temporada había debutado con el Sporting de Lisboa. “Fue saliendo del estadio de Toulon y, cuando nos dirigíamos hacia el párking, Maciá reconoció y saludó al hermano de Jorge Mendes. Fue él quien nos dijo que el Valencia tenía una opción preferencial hasta el 30 de mayo de ese año sobre Cristiano Ronaldo. Nos dijo hasta la cantidad fijada para el traspaso: 800 millones de pesetas (cinco millones de euros)”.
¿Quién había firmado ese contrato? Para entender por qué dos técnicos del Valencia desconocían tal operación hay que contextualizarla. Por aquellos años había una lucha de poder accionarial en la entidad de Mestalla. Paco Roig quería volver a la presidencia y para ello empezó a comprar acciones a pequeños accionistas a un precio fuera de mercado (a 600 euros, cuando su coste cuando salieron a la venta era de 48 euros). Se las prometía felices el expresidente valencianista. Hasta el punto que, con Javier Subirats como director deportivo de su candidatura, comenzó a confeccionar la plantilla. Fueron ellos quienes llegaron a un acuerdo con Jorge Mendes por Quaresma y Cristiano Ronaldo. Ambos futbolistas serían valencianistas por una cantidad en torno a diez millones de euros. La operación debería, eso sí, concretarse antes del 30 de mayo.
Pero en la batalla por la presidencia che entró en escena la familia Soler. Lo hicieron de primeras apoyando al Consejo de Administración de Jaume Ortí e igualando la oferta por acción. Al final, el propio Roig terminó vendiendo la mayoría de su paquete accionarial a Bautista Soler, padre de Juan Soler, quien meses después se hizo con la presidencia del club.
Digamos, por lo tanto, que quien tenía ‘fichado’ para el Valencia a Cristiano Ronaldo era Paco Roig. Pero también pudieron haberlo fichado los que verdaderamente gestionaban el club. “El hermano de Mendes nos dijo que el acuerdo era para jugar en el Valencia, no para hacerlo con un presidente”, recalca Claramunt. Y a la vuelta de Toulon, el que fue capitán blanquinegro en la década de los 70 hizo todo para llevar a cabo la operación. "Tenía claro que fichar a ese chaval por cinco millones de euros era una ganga y un negocio a corto y largo plazo, lástima no haberlos tenido yo en el banco, porque los hubiera invertido en ficharlo para el Valencia”.
Claramunt y Maciá pusieron al corriente a consejeros y director deportivo de los negocios de Roig con Mendes; presentaron un exhaustivo informe que avalaba la inversión; incluso acudieron a una reunión con los dirigentes blanquinegros para que vieran un vídeo de Cristiano. “Entiendo que entonces era un fichaje con riesgo desde la visión del club, porque el Valencia por aquella temporada no tenía mucho dinero para reforzar la plantilla y en verdad Cristiano sólo tenía 17 años y apenas 20 partidos con el Sporting”.
Fue el año en el que Rafa Benítez acuñó una frase para la historia: “Necesitamos un sofá y nos traen una lámpara”, en referencia al fichaje de Fabián Canobbio, un uruguayo que pasó sin pena ni gloria por Mestalla. Hablando de Benítez, el técnico madrileño también fue informado en persona de las maneras del joven portugués para que “metiera presión”. “Rafa (Benítez) me llamó para preguntarme por Mascherano (que también jugó aquel torneo de Toulon) y yo le dije que el argentino iba a llegar lejos, pero que Cristiano llegaría a ser el mejor del mundo. Y no me equivoqué”, sentencia Claramunt.
Nadie con voz y mando en aquel Valencia dio el paso al frente que pedía Claramunt para fichar a Cristiano Ronaldo. “Hasta mi mujer se cansó de que le hablara tanto de él”, comentaba entre risas años después. "Pero los que mandaban, no lo tuvieron tan claro”. Finalmente pasó la fecha del 30 de mayo sin que el Valencia moviera ficha. Semanas después, el Sporting de Lisboa jugaba un amistoso contra el Manchester United y Sir Alex Ferguson no se lo pensó dos veces. Ese mismo verano Cristiano Ronaldo debutaba en Old Trafford y se ganaba a la afición red hasta que el Real Madrid y Florentino Pérez fueron a ficharle.
Sirva la historia de Cristiano Ronaldo como ejemplo de las mil que ha vivido Pep Claramunt en el fútbol y, por supuesto, en el Valencia. Como jugador es considerado junto a Antonio Puchades el mejor futbolista valenciano de la historia. Hasta puede presumir incluso de haber jugado en la década de 1970 como falso ‘9’ en la Selección Española. Él, centrocampista todoterreno, encontró de la mano de Alfredo Di Stéfano su mejor versión. El técnico argentino no fue su mentor, pero sí su mejor valedor. “Un grande, conseguía que nos pegáramos en los entrenamientos y luego que fuéramos a muer te como equipo”, recuerda Claramunt de una época gloriosa para su Valencia y por la que copó páginas y páginas de AS Color.