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AS COLOR: Nº 201

Rebelión en la Premier

El Leicester puede ser campeón de la Premier hoy. Por increíble que parezca, los foxes estaban en Segunda en 2014 y en Segunda B en 2009.

Robert Huth, del Leicester City, celebra un gol ante el Manchester City.
Jason CairnduffREUTERS

Algo extraordinario está pasando en el mundo del futbol, algo que desafía a toda la lógica, algo verdaderamente mágico, algo que me hace sentir bien porque le esta pasando a un equipo al que he apoyado desde que yo tenía el tamaño de una bolsa de patatas”. Así se expresaba hace unos días en The Guardian Gary Lineker (jugador del Leicester durante ocho temporadas) para definir lo que se está viviendo en la Premier League en la actualidad.

El Leicester, por increíble que parezca, es el líder de la primera división inglesa y puede ser campeón hoy. Los Foxes, como se les conoce, estaban en Segunda en 2014 y en Segunda B en 2009. Su situación es más increíble si tenemos en cuenta que es el 14º equipo de Inglaterra en gasto en fichajes esta temporada con 50 millones de euros y aún lo es más cuando el primero en este apartado, el Manchester City, ha gastado el cuádruple (200 millones de euros).

Y no sólo eso. El Leicester es líder sin dominar los partidos (tiene de media el 44,5% de la posesión en cada partido), es el equipo que menos pases cortos da en la Premier junto al West Bromwich y es el equipo que menos porcentaje tiene de acierto en sus pases, no llega al 70%.

Los foxes tienen hasta el momento como logro más grande de su historia el haber quedado segundos en la Premier, en la temporada 28-29, campeonato que se llevó el Sheffield por un solo punto. También han ganado la Copa de la Liga en tres ocasiones y una Community Shield. El equipo siempre ha militado en Primera o Segunda excepto en la temporada 08-09, que militó en Segunda B.

El Leicester es un equipo pequeño, pero han jugado grandes futbolistas, como el anteriormente mencionado Gary Lineker, jugador de la ‘casa’. En el Leicester creció y se desarrolló como futbolista para acabar haciéndose grande. Con los foxes jugó 194 partidos en los que metió 95 goles. Otro gran futbolista que militó en el Leicester fue Gordon Banks, una de las grandes leyendas del fútbol británico gracias, entre otras cosas, a ser el guardameta de la Inglaterra del 66, único Mundial que poseen los británicos. El portero estuvo en el Leicester entre 1959 y 1967 y disputó 293 partidos.

Ahora, y a punto de completar la gesta, dos nombres sobresalen por encima del resto de jugadores de los foxes: Riyad Mahrez y Jamie Vardy. El caso de Vardy es extraordinario por tener una carrera meteórica. Vardy lucha con Kane y Agüero por el Pichichi de la Liga inglesa aunque hoy no juega por sanción. Esta temporada se hizo con el récord de partidos consecutivos marcando en la Liga inglesa, al anotar al menos un gol en once encuentros seguidos, superando así a Van Nistelrooy, que había conseguido marcar durante diez partidos consecutivos. Pero no todo ha sido luces y estrellas para el inglés. Al igual que su equipo, que en los últimos años ha pasado de jugar en Segunda para estar a un paso de ser campeón de la Premier, Vardy ha tenido una carrera meteórica. Y es que hace tan sólo cinco años, en 2011 jugaba en el Halifax, de la séptima división inglesa. Algo increíble.

Vardy comenzó a dar sus primeras patadas en el Sheffield Wendesday, equipo del que sus propios dirigentes decidieron rescindirle el contrato. El motivo lo aclaró por el propio Vardy en una entrevista en la BBC: “Decidieron no contar conmigo porque era demasiado pequeño". Fue un mazazo para el inglés, que en ese momento tan sólo tenía 16 años. El jugador tocó fondo cuando tras una pelea callejera la policía le obligó a llevar una tobillera electrónica que le impedía poder hacer una vida normal al tener un toque de queda para regresar a su casa. Fue entonces cuando decidió volver a jugar al fútbol. Comenzó ganando 40 euros en el Stocksbridge Park Steels, donde se llevó el premio a jugador del año. Esto le valió para en la 10-11 fichar por el Halifax, de séptima división. Una temporada en la que metió 24 goles en 33 partidos le valió para que el Fleetwood Town, de quinta, pusiera sus ojos en él. Sólo necesitó una temporada para dar el paso definitivo. Tras marcar 31 goles en 36 partidos y ser elegido de nuevo como jugador del año, el Leicester, que militaba en Segunda, le fichó y desde entonces… cuatro temporadas en el club para acabar siendo el líder del equipo.

Pero todo el éxito del Leicester no es sólo debido a los jugadores. Detrás hay un entrenador con carácter, Claudio Ranieri. El italiano tiene una dilatada carrera en los banquillos. Ha entrenado a Nápoles, Fiorentina, Valencia, Atlético, Chelsea, Parma, Juventus, Inter y Mónaco entre otros y es curiosamente en el Leicester, donde está realizando posiblemente la mejor temporada de su carrera deportiva. No es un entrenador del gusto de todos. Su fútbol no se caracteriza por ser un fútbol vistoso o de toque. Ranieri tiene una clara mentalidad defensiva. Basa su estilo en una presión intensa y su idea principal es la de no encajar goles. “No tengo prejuicios. En mi carrera he cambiado de táctica muchas veces, pero lo cierto es que hay que trabajar para recibir menos goles”, dijo Ranieri en una entrevista.

A Ranieri se le relaciona con partidos aburridos, pero en muchos equipos ha sacado grandes resultados de esos partidos. No tiene un palmarés envidiable. Como entrenador tan sólo ha ganado una Copa y Supercopa italiana, con la Fiorentina y una Copa del Rey y una Supercopa de Europa, con el Valencia. Por lo tanto está ante su gran temporada para conseguir un gran título.

En Leicester no todo ha sido un camino de rosas para el italiano. Al llegar muchos pusieron pegas por su fichaje. Gary Lineker y Harry Redknapp criticaron abiertamente su contratación. El primero lo hizo a través de su cuenta de Twitter, en la que publicó un tuit que decía: "Claudio Ranieri? Really?". El segundo, sorprendido por su fichaje tras una mala experiencia en la Selección griega, en la que sólo duró cuatro partidos, dijo: “Es un buen tipo y ha hecho bien en conseguir trabajo en el Leicester, sobre todo después de lo que pasó en Grecia. Estoy sorprendido de que pueda volver a la Premier”. Ante las críticas, Ranieri sólo dijo: “Respeto la opinión de todos, trabajaré duro para cambiarla. Mi problema no es ni Lineker ni Redknapp, me focalizo en el Leicester”. No hubiera hecho falta contestar. Los resultados lo han hecho por él.

En el Leicester nada es común. Su presidente, el magnate tailandés Vichai Raksriaksron, adquirió el club en 2010 por algo más de 30 millones de euros. “Mi objetivo era llevar al equipo a la Premier League y ahora estamos aquí”, declaró en una entrevista. El magnate es un creyente del poder del karma y desde su llegada al club ha querido trasladar esta idea. Por ello se trajo desde Nepal a Phra Prommangkalachan, un monje budista que ya ha visitado a la plantilla en diez ocasiones con el objetivo de transmitirles suerte. La plantilla además ha viajado dos veces a su templo, que se encuentra en Bangkok. El monje, en sus visitas, cuelga amuletos en los cuellos de los jugadores además de llenarles de talismanes que le ayuden en la consecución de la Premier. “No estoy seguro de que hayan comprendido todo lo que les expliqué, pero saben que les traerá buena suerte. Los amuletos les permitirán ser resistentes y fuertes mentalmente. No temerán a sus rivales. El propietario nos ha pedido que recemos para darles suerte”, dijo el monje budista en AFP. Y lo cierto es que hasta el momento ‘suerte’ les está dando.

El Leicester no deja indiferente a nadie y tiene muchas historias curiosas, como la del aficionado del equipo que apostó 60 euros a que serían campeones de la Premier, con una cuota de 5.000 a 1. Lo cierto es que muy pocos se habrían atrevido a apostarlo antes de comenzar la temporada. “Lo primero que pensé al día siguiente era que había perdido 60euros”, comentó el famoso apostante Leigh Herbert, un hombre poco dado a las apuestas como reconoció en una entrevista: “Sólo una libra o dos en el Grand National”. La casa de apuestas al ver el posible desembolso que tendría que realizar (concretamente 320.000 euros), ofreció a Leigh una contraoferta: 93.000 euros. Leigh, por supuesto, aceptó: “Tenía que hacer reformas en la cocina”, explicó. Quizá acabe tirándose de los pelos por haber aceptado la oferta si finalmente el Leicester se alza campeón.

Otra historia curiosa es la del terremoto provocado por sus aficionados en la celebración del gol de Ulloa ante el Norwich. Fue el pasado 27 de febrero con el tanto que dio la victoria por la mínima a los foxes. El terremoto fue mínimo, sí, pero fue registrado en la escala de Richter con una magnitud de 0,3 grados, el equivalente al estallido de una granada de mano. El movimiento quedó registrado por los instrumentos de la Universidad de Leicester, ubicada a 500 metros del estadio. “Unos días después de instalar el equipo analizamos los datos recogidos y nos dimos cuenta de grandes picos en el sismograma durante los partidos de fútbol. Nuestra mayor señal detectada hasta el momento quedó registrada en el gol de Ulloa en el minuto 89 y tuvo una magnitud de 0,3", dijo Richard Hoyle, estudiante de geología de dicha Universidad. Los estudiantes están expectantes por ver si se vuelve a dar de conseguir alzarse campeón: “Tenemos ganas de descubrir si puede llegar a generar un terremoto más grande. Quizá lo consiga un jugador… apostamos por Vardy”.

La temporada del Leicester será recordada siempre. El sueño está cerca de realizarse...