El Athletic gana en El Molinón y amenaza el quinto puesto

La cara y la cruz de la Liga pasaron ayer por El Molinón. Allí se midieron un equipo en alza y otro en caída libre, tras siete jornadas consecutivas sin ganar, con tres derrotas seguidas, que le aproximan al abismo. El Athletic sacó partido de su superioridad ante un Sporting que no entró en el partido hasta la segunda mitad y que no remató una sola vez entre los tres palos. Iraizoz solo intervino en un remate flojo de Barrera cuando se entraba en el tiempo de prolongación.

Los árbitros estaban en el punto de mira de la afición del Sporting y el madrileño Del Cerro Grande tuvo que soportar la bronca y la pañolada sportinguista al tiempo que daba el pitido inicial. En medio de mucho ruido por las protestas contra el colectivo arbitral y también contra el consejo de administración local transcurrieron los primeros cinco minutos.

El equipo de Abelardo -que siguió el encuentro junto a su hijo desde un palco-, apenas dio continuidad con juego a esa protesta de rabia porque estuvo a merced del Athletic en la primera mitad. El Sporting solo inquietó una vez de verdad la portería vasca, en un mano a mano de Sanabria con Iraizoz, al que llegó asfixiado el paraguayo.

El conjunto de Valverde, con poco, llevó la iniciativa y chutó varias veces sobre la meta de Cuéllar. Beñat cazó al guardameta emeritense en el gol que les dio la ventaja y pudo disfrutar de otra gran ocasión en una caída de Aduriz cuando se disponía a rematar y que bien pudo ser calificada como penalti. El goleador fue sustituido más tarde con molestias.

El Sporting entró en la segunda parte consciente de que al fútbol se juega con el balón y se adueñó de él, con más corazón que cabeza y con escasa profundidad. El Athletic esperó la ocasión para dar el zarpazo definitivo que llegó en un tiro cruzado de De Marcos que cerró el choque aunque quedaban muchos minutos por delante.