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23-F EN EL DEPORTE

Así fue el AS del 23F de 1981: el Atleti líder y el Madrid a palos

La fecha será recordada siempre por el intento de golpe de Estado, pero aquella mañana el AS estuvo en los kioskos. Un repaso de aquel periódico ayuda a entender cómo éramos.

Así fue el AS del 23F de 1981: el Atleti líder y el Madrid a palos

Todo aquel que tenía uso de razón o de memoria recuerda dónde se encontraba el 23 de febrero de 1981, hace ya 35 años. A las 18:22, el Teniente Coronel Tejero irrumpió en el Congreso de los Diputados a la cabeza de un grupo de guardias civiles escasamente amistosos. A muchos españoles les sorprendió el asalto mientras escuchaban por la radio la sesión de investidura; a otros nos pilló comprando un donuts a la salida del colegio. La perplejidad duró hasta la una de la madrugada, cuando el rey Juan Carlos apareció en la televisión para defender “el orden constitucional”. Entretanto, largas horas de incertidumbre, marchas militares y películas de Bob Hope.

La fecha ha sido acaparada por el golpe de Estado, como es lógico, pero el AS ocupó aquella mañana su lugar en los kioskos. Repasar aquel periódico es como ver una película de Garci: sirve para recordarnos cómo éramos y cuál era el decorado de aquel país.

Empezaremos por decir que el Atlético era líder y que el día anterior había consolidado su primer puesto con una victoria ante el Hércules (1-0). Según escribió Gerardo García, “Sala hizo la estatua ante un buen cabezazo de Ruiz y el equipo visitante se presentó con un ataque decorativo (Megido, Kustudic y Moyano)”. Por cierto, pitaba Urízar y en opinión del cronista ignoró un penalti en el área alicantina. Le preguntaremos al respecto.

Las cosas pintaban bien para el Atlético en ese mes de febrero, pero se acabarían torciendo dramáticamente. El desplome fue inesperado. El equipo entrenado por García Traid y presidido por Alfonso Cabeza cayó en Sarriá, empató en el Calderón contra el Salamanca y volvió a perder en su visita a Gijón. El remate se lo puso el arbitraje de Álvarez Margüenda cuando tocó recibir al Zaragoza: expulsó a Marcos y Robi, anuló un gol a Arteche y dejó sin pitar dos penaltis a Pedraza y Rubio. Para colmo, Valdano marcó el gol del triunfo zaragocista. El Atlético tardó quince años en superar el trauma.

El madridismo también celebró la victoria de su equipo en Pamplona. Stielike fue el crack del partido (tres ases que contabilizaron para el paleocomunio) y Guruceta el árbitro del encuentro (moriría seis años después en un accidente de coche). Prueba de que eran otros tiempos es que Guruceta habló al terminar el partido y habló así: “Es cierto. Un linier recibió un impacto en sus partes, pero el hecho no tuvo mayores consecuencias…”. Ignoramos si el asistente sería de la misma opinión. Lo que sí constató la Delegación del Gobierno fue la lluvia de naranjas y botellas que obligó a suspender el partido durante unos minutos.

Para el Barça fue peor. Empató en el Villamarín con gol de Schuster y lamento de Helenio Herrera: “Pudimos resolver en el primer tiempo”. En Atocha sólo se recaudaron sólo 750.000 pesetas. Sólo 12.000 espectadores vieron el gol de Satrústegui ante el Salamanca. Nadie podía imaginar que la Real, séptima en la clasificación, terminaría por ganar el campeonato, el primero de su historia. Conviene reseñar que aquella tarde pitaba el mítico Condón Uriz. 

No faltaron las noticias internacionales. Brasil aseguró su clasificación para el Mundial 82 con goles de Sócrates y Reinaldo en La Paz y el Puebla de Pirri perdió contra el Monterrey a pesar del gol de cabeza de Asensi.

Todo ello dejó de existir cuando saltó la alarma en el Congreso de los Diputados. Nunca sabremos si alguna de sus señorías entretuvo la angustiosa espera leyendo y releyendo el AS, pero no resultaría tan raro. De ser así todavía habrá algún político de capaz de enumerar con la misma precisión los disparos en el techo y la clasificación de Primera tras la jornada 25.