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CAFÉ, COPA Y FÚTBOL

Inma del Moral: “El Madrid no cuida a su gente. Cuando quiere los ventila sin escrúpulos”

Es una presencia fresca y espontánea que creó escuela como reportera en El Informal. Nos encontramos con Inma del Moral y descubrimos a una mujer serena, que enseña su lado gamberro cuando confiesa ser del Barça en Madrid para crear polémica.

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Inma del Moral
Inma del MoralEmilio Cobos
AStv

¿Cuándo descubrió que el fútbol es diferente?

—Le contaré un secreto. Estando embarazada me quedé viendo un partido del Real Madrid. Era uno de esos encuentros en los que iba perdiendo y, al final, después de un ejercicio épico, acabó ganando. Cuando el Madrid metió el gol de la victoria, sentí algo muy profundo dentro de mí, me emocioné y empecé a llorar como una loca. De repente el fútbol me tocó. En ese momento entendí la dimensión de la pasión que levanta.

—¿Su entorno es futbolero?

—Estoy casada con un uruguayo, así que se puede imaginar. Me ha enseñado mucho del fútbol, a entenderlo, a ver su parte positiva. Comprendo perfectamente el valor que tiene el fútbol en sí mismo, porque es algo importante para muchísimas personas. El fútbol alegra la vida a la gente y eso es una maravilla. No sé si existen otras cosas capaces de poner a tanta gente de acuerdo a la vez. Solamente por eso ya es algo asombroso. Esa pasión que levanta el fútbol no la encuentro en ningún otro lado. A mí no me pasa, pero reconozco que debe ser increíble.

—Es madrileña y, sin embargo, del Barça.

—Decir que soy del Barça es una forma de crear polémica y me divierto. Es verdad: me gusta más el Barça. Lo veo como un equipo de verdad, más serio y consistente. El Madrid es un equipo que no cuida a su gente. A sus jugadores los ventila sin escrúpulos cuando le interesa. El Barça hace más casa, la construye y cuida de sus miembros. Sólo hay que ver cómo salen los jugadores del Madrid y cómo lo hacen los del Barça.

—¿Practica deporte?

—Sí, me encanta el deporte. Salgo a correr, voy al gimnasio, hago boxeo. Me gusta el entrenamiento del boxeo, me motiva, sale mi lado masculino y me encanta dar, aunque no me imagino noqueando al contrario. No llego a tanto.

—Saltó a la fama haciendo entrevistas para ‘El Informal’. Sin ser periodista, creó un tipo de reporterismo luego muy imitado.

—He hecho millares de entrevistas. Siempre de actualidad. El caso es que casi no me las preparaba, porque mi estilo personal es distinto al de los periodistas. Soy muy espontánea y me gusta la naturalidad. Eso creo que fue la clave de mi éxito. Llegaba con una guía previa, pero luego le daba prioridad al momento. Si de repente me encontraba con alguien que quería hablar de otra cosa, le respetaba. Yo arranco con una pregunta y luego ya veremos por dónde sale. Hay periodistas que se encasquetan en su idea preconcebida y no hay quien les saque de ahí.

—¿Algún personaje que le pareciera especial?

—Puyol era un guerrero. Me gustaba mucho, también por lo que creaba alrededor, era el súper capitán. Y los integrantes de la Selección española que ganó el Mundial y las dos Eurocopas. Hicieron historia y deberíamos estar agradecidos para toda la vida. A los niños de ahora les parece algo natural que la selección de su país haya ganado un Mundial de fútbol y eso es algo insólito. Vete a saber si volverá a pasar. Los niños lo ven como si fuera algo habitual y eso es fabuloso.

—¿Qué opinión tenía de Casillas?

—Me parece un tipo con mucho carisma. Sin embargo creo que no estuvo muy amable la cosa con él.

—¿Sería capaz de ponerse en la piel de un entrenador?

—La verdad es que no sabría ponerme en situación. Me parece algo muy complicado. Tienes que tratar con gente muy joven pero que están haciendo cosas muy importantes. No es nada fácil. Tienen un tiempo limitado para triunfar y esa presión debe ser tremenda. Ahora han cambiado mucho los futbolistas: son auténticos atletas de vida muy estricta y que mantienen un control bestial en materia de alimentación, incluso psicológico. Sólo hay que verlos, son guerreros.

—¿Cuántos futbolistas le han tirado los tejos?

—No me interesa en absoluto ese tema. Si me han tirado los tejos, no me importa. Ando siempre a mis cosas.

—¿Tuvo una especial relación con Guti?

—¿Yo? ¡Pero que dice usted! Es verdad que en El Informal a Guti le daba mucha caña. Era muy gracioso, le encantaban las entrevistas y daba mucho juego, la verdad.

—¿Qué ha sido en este tiempo de Inma del Moral?

—Me hice muy conocida en la tele, porque todas las noches salía en directo y de alguna manera acabas formando parte de las casas de la gente. Cuando eso se acaba hay un gran contraste. Ahora trabajo de actriz y la exposición es más reducida. Ahora si quieres saber de mí tienes que buscarme. Antes me veías todas las noches. Esa sobreexposición es muy difícil de mantener.

—¿La decisión de dejarlo fue suya?

—Totalmente. Llegó un momento en el que no quería ese tipo de vida. Y les confesaré que me hicieron ofertas económicas muy importantes para que siguiera. Incluso pensaron que era una estrategia para elevar mi caché. Pero no, no era una cuestión de dinero.

—¿Cómo vivió el cambio de volver a cierto anonimato?

—Como un respiro muy grande. No hay quien mantenga esa situación durante mucho tiempo. Es muy estresante. Soy una persona muy tranquila, me encanta divertirme pero en mi ambiente. Me sentó bien salir de la primera línea y volver a tener una vida normal.

—¿Qué tal lo lleva de actriz?

—Me gusta mucho mi profesión. Esconderte detrás de un personaje y jugar a ser otra persona es un auténtico placer. La industria ahora se ha llevado un revés y vive una crisis muy fuerte. También es cierto que antes se hacían muchas películas que no iban a ningún lado. Ahora sobrevive lo bueno.

—¿Le gustaría trabajar con algún director?

—No tengo tampoco un director fetiche. Con lo que mejor me manejo es con la comedia. Lo que no haría nunca es irme a trabajar a Hollywood.

—¿Y si le llama Tarantino?

—Si viene a hacer la película en España estupendo, si no, que no cuente conmigo. Sólo me iría a Los Angeles a pasar unas vacaciones.

—Han cambiado mucho sus prioridades.

—La prioridad es mi tranquilidad. Verá, es que yo he viajado muchísimo. Desde que comencé a trabajar en el mundo de la moda con 17 años he vivido siempre fuera de España viajando de un lugar a otro. Esa parte ya la he vivido y ahora me gusta vivir en España y estar en mi casa y lo que más me gusta es terminar de trabajar y volver a mi hogar.

—¿Cómo recuerda su vida de modelo?

—Era una vida emocionante en la que vivía entre Alemania, Inglaterra, Italia o Miami. Era un sueño. Fue una experiencia maravillosa y lo pasé muy bien. Todo comenzó porque me empezaron a decir que podía ser modelo. Fui a una escuela y enseguida empecé a trabajar y con 17 años ya estaba en Milán haciendo desfiles. Ya no volví a España. Viajábamos de Sudáfrica a Mallorca y de allí a Miami, siempre buscando la mejor luz. Compartía casa con otras modelos y nos divertíamos mucho y ganábamos mucho dinero. No parábamos.

—¿Ya no le interesa el mundo del glamour?

—No. A mí me gusta hacer la película o la serie. La segunda parte de mi trabajo, que es la promoción e ir a fiestas, no me gusta nada. Tampoco me gustan las entrevistas. He venido aquí porque tienen ustedes muy buenas referencias.

—Gracias.

—Me llevan haciendo entrevistas quince años. Me he visto muchas veces irreconocible. Por eso no me gusta. Pocas veces he leído una entrevista y me ha gustado.

—Como periodista, ¿qué le gustaba encontrar al otro lado?

—Buscaba que la otra persona se olvidara de donde estábamos. Hacía un ejercicio de influencias. Es un gasto muy grande de energía. Intentar quitarle los nervios y la actitud de quedarse tieso delante de la tele. Pasarle la energía del buen rollo y de diversión. Cuando consigues que se divierta y se olvide de que está en la tele, empiezan a pasar cosas de verdad y es muy divertido.

—¿Qué le preguntaría a Leo Messi?

—Que por qué sigue siendo tan argento.

—¿Tan argento?

—Sí, tan argentino. ¿Cómo es posible que todavía hable como si estuviera en Buenos Aires? A veces me pregunto si Messi comerá jamón serrano. Da la sensación de que después de todo este tiempo no hemos conseguido españolizarlo.

—¿Cómo es su hombre ideal?

—No me gusta el rollo de estos chavales que van de cachas de gimnasio. Me gusta el cuerpo de un tío que está fuerte como efecto secundario de haber hecho mucho deporte, no los músculos buscados.

—¿Le gusta un tipo como George Clooney?

—Me gusta más por pícaro que por guapo. Quiero un tío que sea buena persona, lo primero. Divertido, inteligente, gracioso. Si no te hace reír…

—¿Algún personaje que le haya impresionado especialmente?

—Me sorprendió mucho Enrique Iglesias. No le tenía mucha fe, siendo yo amiga de su padre. Y sin embargo le entrevisté y me encantó. Es un tipo muy preparado y muy majo.

—¿Qué sensaciones tiene ante estas elecciones?

—Estoy inquieta, la verdad. Formo parte de ese cuarenta por ciento de gente que no sabemos qué hacer. Si tuviera que apostar por alguno de los candidatos pediría el comodín. Ninguno me gusta del todo.

—¿Qué le gustaría que pasara después del 20-D?

—Que España mejorara socialmente, que la gente tuviera trabajo, estuviera contenta, y que la vida fuera justa como cuando éramos pequeños, que si eras bueno y trabajabas mucho todo salía bien. Quiero que los jubilados sigan cobrando, que todo el mundo pueda estudiar, que todos tuviéramos trabajo. Y que no hubiera malos.

—¿Y hacia dónde va Inma del Moral?

—Necesito poco para ser feliz. Soy afortunada. Tengo mucha suerte y una profesión que me encanta. Y me gusta mi vida, mi familia y mi perro, que se llama Forlán, porque fue el mejor jugador del Mundial con Uruguay.