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La Fiscalía alemana no está investigando a Beckenbauer

Según un portavoz de la fiscalía de Fráncfort, no es sospechoso de haber participado en la declaración de hacienda que causó la investigación.

PASCAL PAVANIAFP

La fiscalía de Fráncfort confirmó hoy que Franz Beckenbauer quedó fuera de la investigación por delito fiscal que llevó el martes al allanamiento de las dependencias de la Federación Alemana de Fútbol (DFB).

Una portavoz de la fiscalía explicó que el gran referente del fútbol alemán, que tiene residencia en Austria, no es sospechoso de haber participado en la declaración de hacienda que causó la investigación.

Unos 50 funcionarios del fisco alemán registraron, además, la vivienda del presidente de la DFB, Wolfgang Niersbach, la de su predecesor Theo Zwanziger y la del antiguo secretario general Hort R. Schmid. Son sospechosos de un delito especialmente grave de evasión de impuestos. El código penal alemán lo castiga con hasta diez años de prisión.

En la declaración bajo sospecha se registró como gasto de empresa un pago de 6,7 millones de euros (unos 7,35 millones de dólares al cambio de hoy) que el comité organizador del Mundial hizo a la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) en 2005. Se transfirió disimulado en el pago de una gala de la FIFA.

El pretexto de la gala, que finalmente no llegó a celebrarse, permitió a los directivos de la DFB evadir los impuestos correspondientes a esa transferencia de dinero.

La fiscal Niesen dice que el pago, "de hecho, tenía otro propósito", que les habría obligado a pagar tasas elevadas.

Se desconoce aún cuál era ese otro propósito del que habla la fiscal, pero la DFB y el comité organizador del Mundial de 2006 están bajo el escrutinio mediático desde que el semanario "Der Spiegel" publicó hace unas semanas que la candidatura alemana utilizó esos 6,7 millones para comprar los votos necesarios en el comité ejecutivo de la FIFA para hacerse con el evento.

La revista sostiene que la candidatura alemana abrió unos años antes del Mundial una caja B en la que Robert Louis-Dreyfus, entonces dueño de la empresa Adidas, ingresó diez millones de francos suizos. El dinero, agrega la publicación, se utilizó probablemente para asegurarse los votos de los miembros asiáticos del comité ejecutivo.

Cuando el magnate francés pidió que se le devolviera el préstamo un año antes del Mundial, lo que según la revista coincide con los 6,7 millones de euros, el comité organizador habría utilizado una triangulación financiera con la FIFA para hacerle llegar el dinero. Es este movimiento es el que está ahora bajo la lupa de los fiscales de Fráncfort.

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